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Rebel Wilson presenta en Instagram su marca R&R
Rebel Wilson presenta en Instagram su marca R&R
Rebel Wilson presenta en Instagram su marca R&R
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Rebel Wilson y la mirada sartriana

La protagonista de la saga ‘Dando la nota’ ha lanzado una colección cápsula que abarca tallas de la XS a la XL. En redes sociales, los usuarios han criticado esta limitación y destacan la ironía de que ella misma no podría haber lucido sus prendas un año antes.

Aurora Muñoz

Hubo un tiempo (hace un año, tampoco hace falta que irse muy atrás) en el que la actriz Rebel Wilson no jugaba a ser normativa, no dudaba en dejar su faja a la vista al recoger el premio al mejor beso en los MTV Movie Awards y prestaba su imagen a Torrid para colecciones específicas de tallas grandes. Todo aquello parece haber quedado atrás con el lanzamiento de R&R Club, una marca creada en colaboración con su pareja, la diseñadora Ramona Agruma.

El sello, que juega con las iniciales de ambas, se estrena con una (micro)colección cápsula compuesta por un único conjunto de sudadera y pantalón. Todo muy comfy, en clave Y2K  y, según sostiene la artista, se fabrica de forma sostenible con  tintes ecológicos. «Si te gusta R&R, entonces eres como yo», promociona en un vídeo de Instagram. Ajá. La pregunta sería: ¿cómo la Rebel de 2022 o la de los 41 años anteriores?.

 

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Este «limitadísimo» experimento comercial viene acompañado por una polémica en redes sociales. Muchas de sus seguidoras no han tardado en darse cuenta de que las prendas no están disponibles en tallas grandes. Su marca solo fabrica modelos de la XS a XL. «¡Rebel! ¿Por qué te has olvidado de nosotras?», le reclama la tiktoker Lacey-Jade Christie en un vídeo reciente. «Sé que ya no está gorda, pero la comunidad apoyó a Rebel Wilson durante toda su carrera», reivindica.

@laceyjadechristierebel! why’d you forget about us?! #rebelwilson #sizeinclusive #plussizefashion #midsizefashion #fashiontiktok #curvytiktok #dobetter♬ Why You Asking All Them Questions – Spoken Reasons

Este escenario se dibuja prácticamente un año después de que la actriz adelgazase más de 30 kilos y dedicase estas palabras a la BBC: «Sé lo que significa ser una mujer invisible para la mayoría de la gente, porque no era bella de una manera tradicional. Es ridículo intentar encajar en esa categoría. (…) Yo estaba segura de mí misma y me amaba. Me sentía increíble al desfilar por la alfombra roja, aunque probablemente pesara el doble o incluso el triple que algunas de las actrices con las que trabajaba».

El discurso encajaba a la perfección con su propio personaje de éxito en la gran pantalla. En una escena de la saga Dando la nota (Pitch Perfect, en el mercado estadounidense), el personaje de Rebel Wilson confiesa que se hace llamar ‘Amy la Gorda’ para tener el poder de ser ella quien se coloque la etiqueta, en lugar de que sus compañeras le adjudiquen algún mote hiriente a sus espaldas. En la vida real, declaró haber plantado cara a la caricatura que querían vender sus representantes cuando tomó la decisión de perder peso. Lo hizo después de que su ginecólogo se lo recomendase para someterse a un proceso de extracción de óvulos. «Me dijeron que no lo hiciera. Argumentaban que estaba ganando millones de dólares interpretando a la chica gorda y graciosa», reveló en la misma entrevista para la cadena británica.

Su activismo parece haber mermado, casi al mismo tiempo que bajaba cifras en la báscula. «Estoy AGOTADA, en mayúsculas, de la falsa diversidad por parte de marcas y medios que solo quieren ponerse la etiqueta de ‘inclusión’. Si esta mujer ha decidido sumarse a esa corriente y crear moda hasta la XL, suerte en su vida. Se le cae la máscara a otra más. Simplemente espero que se dé cuenta del mal que hace», valora Yamila Orozco para UwU. La influencer, Dolcecurvy en las redes, considera que esta desmemoria es tan habitual en la industria de la moda como perjudicial. La gordofobia es una discriminación normalizada y la falta de referentes es uno de los principales escollos que urge salvar.

@itsyourdestthe irony of rebel dropping a clothing line that she wouldn’t have even been able to shop at a few years ago 🙃 #rebelwilson #plussizefashion #sizeinclusivefashion #greenscreen♬ original sound – Destiny Ann (She/Her)

La tiktoker Destiny Ann ha destacado en una publicación, que ya ha superado las cien mil visualizaciones, la ironía que supone que la actriz se haya decantado por comercializar una línea de ropa que ni siquiera habría podido comprar hace unos años. «No entiendo que lo haga alguien que sabe lo difícil que es ser gordo, comprar ropa y encontrarla en tu talla», desarrolla.

Wilson ha recogido el testigo y ha colgado un story de Instagram donde celebra la acogida de su chándal, valorado en 328 dólares (312 euros, aproximadamente): «Tras el éxito, nos estamos planteando incorporar más colores y tamaños en R&R CLUB. ¿Cuáles te interesarían para las sudaderas?», preguntaba a los usuarios, como si las críticas jamás hubiesen motivado la futura ampliación. Cero autocrítica.

Captura de una story de la cuenta de Instagram de Rebel Wilson
Captura de una story de la cuenta de Instagram de Rebel Wilson

El filósofo Jean Paul Sartre desarrolló la teoría de que la mirada del otro tiene un impacto directo en la percepción que tenemos de nosotros mismos. Ese fenómeno provoca lo que denominó la honte de soi (la vergüenza de sí mismo). Según la perspectiva de este pensador, algunas personas prefieren asumir las condiciones de una existencia subyugada y así poder encajar en el grupo. Este es el principal reproche que los usuarios hacen a la intérprete.

«Hemos caído en la trampa de la gorda simpática», introduce Miren Jaurne, conocida en redes como Mimi XXL. Esta creadora de contenido y activista en defensa de la diversidad de cuerpos plantea que quizás Rebel Wilson no era un estandarte del movimiento Body Positive. «Supo hacer de su físico una estrategia de branding y tomárselo con humor. Esa representación era positiva para mucha gente y no supimos ver que quizás no era la imagen que ella quería proyectar o con la que se sentía más cómoda», desarrolla.

Jaurne reflexiona también sobre el hecho de que la actriz no ha tratado de justificar la limitación de tallas en ningún momento. «Podría haber ido de frente, contar que iba a reducir la inversión en su marca a unos pocos patrones pero, en lugar de eso, se ha olvidado de que ahí fuera hay un montón de personas que tienen problemas para encontrar ropa y quieren vestirse. Ya no son su target. Wilson se presenta al mundo como siempre había deseado verse y se dirige a un público diferente, aquel al que considera que ahora formar parte», remata.

 

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Iol Ortiz, alias La Conseguidora, es la creadora de Pollo y Piña, una marca de camisetas que lucha contra la gordofobia. Solo venden tallas a partir de la L. «No es fácil negarte a vender un producto que te reclaman, sobre todo, cuando tienes un proyecto artesano y pequeñito, pero esta firma nació con una filosofía muy clara», defiende. Su idea se fraguó al calor de una necesidad. Algunas grandes cadenas habían iniciado un proceso de involución. «Dejamos de ver la mayoría de los corners con líneas de tallas grandes. Primero, los redujeron a un perchero y después, pasaron a etiquetar las prendas como exclusivas de la web. No quiero pensar que no quieren ver gordas por sus tiendas», protesta.
Por aquel entonces, Ortiz trabajaba en una tienda especializada en tallas grandes y observó una carencia. «Los tops tenían estampados horribles e incluso los básicos estaban confeccionados en tejidos espantosos. Todo mal», recuerda. Su espíritu emprendedor hizo que se decantara por enfrentarse a las personas que le hacían sentirse pequeña con amor y camisetas. Por esa razón, se niega a excusar a Wilson en la era de firmas inclusivas de celebrities como Yitty by Lizzo. «Su elección evidencia que el mercado ha estereotipado a las gordas como a Homer Simpson. Han dejado de pensar en nosotras como gente que quiere ponerse ropa bonita. Parece que somos un único concepto estético, con mallas y túnica. ¿Qué le costaba incluir una XXL?», reclama.