La ruta de los castillos de frontera en Girona

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Los castillos fueron el elemento vertebrador de la sociedad gerundense de buena parte de la Edad Media. Desde que a finales el siglo VIII los carolingios del norte contuvieran y empujaran a los musulmanes hacia el sur, Girona comienza a poblarse de castillos que desempeñan un papel fundamental en la defensa de la primitiva Marca Hispánica y de los condados catalanes que comienzan a independizarse de la tutela carolingia a partir del siglo X. En esta ruta por los castillos de frontera de Girona visitaremos algunas de esas fortalezas que marcaron la historia de la región. 

Ruta de los castillos de Girona por el Ampurdán 

Castell de Requesens

Comenzamos nuestra ruta en el castell de Requesens, cerca de la frontera con Francia, una fortaleza que nos sirve para comprender el carácter fronterizo de muchas de estas construcciones. Porque no solo se trataba de defender la región ante el enemigo común —musulmanes y piratas— sino también de marcar territorio entre condados y linajes nobiliarios a menudo enfrentados. En este caso se trata un castillo bajo el dominio del señorío de Requesens que debía fidelidad al condado de Ampurias y al vizconde de Peralada, en una compleja red clientelar que no siempre lograba evitar las luchas intestinas.  

A 20 kilómetros al sur de Requesens se encuentra el castillo de Peralada, sede del actual casino y una de las fortalezas más espectaculares del Alto Ampurdán. Pero tal y como sucede con el vecino castell de Requesens, la restauración que vivió en el XIX ha alterado sus trazas góticas originales para dotarlo de un aire más francés. En una construcción vecina se halla el museu del Castell que cuenta con una de las colecciones privadas de vidrios más importantes del mundo. 

Nos acercamos ahora a la costa para conocer primero los restos del castillo de Querroig situado en la cumbre del pico homónimo a más de 600 metros de altura, sobre la frontera entre Francia y Cataluña. Aunque en estado ruinoso, constituye uno de los mejores ejemplos de fortaleza fronteriza y que tuvo un importante papel en la defensa del territorio desde el siglo X. 

Ruta de los castillos de frontera en Girona
Castillo de Peralada. Fuente: Wikipedia

Seguimos en la costa, pero continuamos ruta hacia el sur para conocer dos castillos en Roses. Por un lado, los restos del castillo de Bufalaranya, uno de las construcciones medievales más antiguas de Girona, vestigio de aquella etapa en la que Roses cayó bajo dominio de los carolingios de la Marca Hispánica. Y, por otro, el castillo de la Trinitat, un punto de vigía en la punta de Poncella que fue construido por orden de Carlos V para defender el territorio de los piratas. 

De Roses nos vamos a Torroella de Montgrí donde visitamos su imponente castillo, construido a finales del siglo XIII por Jaime II como puntal de sus dominios frente al condado de Ampurias. Con unos muros que alcanzan los 13 metros de altura, ofrece al viajero unas vistas increíbles tanto de la Costa Brava como del propio macizo de Montgrí ubicado entre el Alto y el Bajo Ampurdán. 

A 15 minutos al sur de Torroella de Montgrí llegamos a Peratallada donde se ubica una de las fortalezas más icónicas de Girona: documentada desde el siglo XI, fue alojamiento del rey Juan I de Aragón a finales del siglo XIV. En la vecina Pals también podemos visitar su castillo, construido a partir del siglo IX y donado a finales del X por los condes de Barcelona y Gerona al obispado de Girona: la torre es el único vestigio de aquella primera etapa del castillo. 

Ruta de los castillos de frontera en Girona
La ruta de los castillos de frontera en Girona. Impresionantes vistas desde el castillo de Montgrí. Fuente: Wikipedia

Muy cerca de Peratallada, al interior, también podemos visitar el castillo palacio de la Bisbal d’Empordà documentado desde finales del XII, constituyendo un notable ejemplo de arquitectura civil medieval ya que fue residencia de los obispos de Girona. Y a un paso de la Bisbal se ubica Cruïlles, cuya familia dominante durante los siglos XII y XIII se enfrentó en diversas ocasiones con el propio obispado vecino: la torre del homenaje es un testimonio de esta época de tensión interna en buena parte de los condados catalanes. 

Nos dirigimos de nuevo a la costa para terminar esta primera parte de la ruta por los castillos de frontera en Girona visitando primero el espectacular castell de Begur documentado desde el siglo XI, todo un icono de la Costa Brava, para bajar después hacia Palamós y visitar las románticas ruinas del castillo de San Esteban de Mar citado por vez primera a principios del XIII. Y muy cerca de Palamós visitamos el castell de Calonge, recientemente restaurado, siendo en origen una importante fortaleza propiedad de la casa de Cruïlles. 

Ruta de los castillos de Girona por la Selva 

Ruta de los castillos de frontera en Girona
Ruta de los castillos de frontera en Girona. Castillo de Montsoriu en Arbúcies. Fuente: Montsoriu.cat

Retomamos la ruta de los castillos ahora en la comarca de la Selva para visitar en Tossa de Mar una construcción que no necesita presentación: se trata de una de las fortalezas medievales mejor conservadas de Cataluña y símbolo de la Costa Brava cuya función original fue defender la costa de los terribles envites de los piratas. La misma función tuvieron también los castillos de Sant Joan de Lloret de Mar y Sant Joan de Blanes, este último ofreciendo una asombrosa panorámica de todo el entorno de la Selva desde su torre cilíndrica a 180 metros de altitud.  

Nos vamos ahora al interior para continuar la ruta por los castillos de la Selva en Hostalric, a media hora de Sant Joan de Blanes. El castillo de esta localidad fue erigido en el siglo XI como punto defensivo del condado de Cabrera conservando buena parte de su construcción original.

Ruta de los castillos de frontera en Girona
Ruta de los castillos de frontera en Girona. Vistas de Blanes desde el castillo de Sant Joan. Fuente: Unsplash

A 15 kilómetros al noroeste de Hostalric subimos al castillo de Montsoriu en Arbúcies, en una colina más de 600 metros de altura, al pie del Montseny. Fue sede de los vizcondes de Cabrera cuando esta casa fue una de las más poderosas de toda Cataluña durante buena parte del siglo XIV. De su función militar original evolucionó a palacio a partir de ese siglo siendo actualmente una de las joyas arquitectónicas más importantes de la comarca. 

Y llegamos a nuestra última parada en esta ruta de los castillos de frontera por Girona visitando las ruinas del castillo de Solterra en el municipio de San Hilario de Sacalm documentado desde finales del XI: solo queda en pie la base de una torre circular sobre la que se alza ahora la cruz de hierro de les Guilleries, una estampa inolvidable para finalizar esta ruta de capa y espada por tierras catalanas.

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