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El "Mosca", mito aéreo de la Guerra Civil, reconquista el cielo de Madrid

EFE

El Polikarpov I-16, "Mosca", el mejor caza del ejército republicano y artífice de la defensa de Madrid durante la Guerra Civil, dominará mañana de nuevo el cielo de la capital 70 años después, gracias a la Fundación Infante de Orleans (FIO), que ha restaurado pieza a pieza uno de estos míticos aparatos soviéticos.

La presentación oficial al público y el primer vuelo de exhibición del "Mosca" tendrá lugar mañana al mediodía en el también histórico aeródromo de Cuatro Vientos.

El "Mosca", junto a su hermano mayor el I-15 "Chato" y los bombarderos "Natacha" y "Katiuska" formaron la columna vertebral de la aviación republicana en dura pugna con los aviones italianos y alemanes que integraban el ejército del aire de los sublevados.

Aunque durante la contienda llegaron casi 300 unidades desde la Unión Soviética y se fabricaron en España otras 50 más, ninguno fue conservado al terminar su servicio en el Ejército del Aire, en 1953.

El ejemplar rehabilitado por la FIO fue construido en 1937 y realizó un aterrizaje forzoso en un bosque ruso durante la II Guerra Mundial.

Fue encontrado prácticamente destrozado en 1992 y, desde entonces, ha sido sometido a una completa reconstrucción de motor y fuselaje hasta dejarlo listo para volar otra vez como el primer día.

El avión está pintado con sus colores originales -verde oscuro y la bandera tricolor en el timón de cola- y el emblema -el seis doble- de uno de los ases de la aviación republicana, José María Bravo, quien, con cerca de 90 años, asistirá mañana a la presentación oficial de esta joya recuperada.

Bravo, a quien se atribuyen más de 20 derribos en su dilatada carrera como aviador, ha inspeccionado punto por punto la restauración del avión antes de volver a escuchar el rugido de su motor, de más de 750 caballos de potencia.

Existen varias teorías sobre sus apodos, "Mosca" para los republicanos y "Rata" para los nacionales.

El de "Mosca" se debe a que en las cajas que los transportaban desde la URSS podía leerse "Moscú" escrito en caracteres cirílicos lo que, pronunciado en español, se parecía bastante a "mosca".

El apelativo de "Rata" se debía a su estrategia en la defensa de Madrid.

Los I-16 acostumbraban a atacar a los bombarderos desde abajo, provocando que los pilotos nacionales dijeran que "salían como ratas de las alcantarillas".

El "Mosca", diseñado en 1933, fue el primer avión de caza monoplano y con tren de aterrizaje retráctil, adelantándose a su tiempo.

Tiene una velocidad punta de 450 kilómetros hora, una marca notable para su época, aunque a cambio hay que replegar el tren de aterrizaje a mano mediante 45 vueltas de un duro carrete colocado junto al asiento del piloto.

Pese a su aspecto algo tosco y "regordete" por culpa del gigantesco motor que monta en el morro, es un avión muy ágil y maniobrero, aunque algo delicado en los despegues y aterrizajes, lo que provocó no pocas bajas entre los pilotos de la República.

No obstante, y hasta la llegada de los modernos aviones alemanes, como el ME-109 y la legendaria "Legión Cóndor", el I-16 dominó los cielos españoles y tuvo un papel crucial en la defensa de Madrid durante los primeros meses de la Guerra Civil.

En la contienda llegaron a formarse siete escuadrillas de doce aviones cada una, algunas de ellas equipadas con los potentes motores Wright Cyclone recibidos en el verano de 1938 y que permitían operar hasta los 8.000 metros de altura para poder así combatir con los mejores aparatos del bando franquista.

La Fundación Infante de Orleans cuenta con una valiosa colección de aviones históricos tanto civiles como militares en perfecto estado de vuelo y realiza exhibiciones abiertas al público los primeros domingos de cada mes en el aeródromo de Cuatro Vientos donde tiene su sede.

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