Ni despilfarro ni improvisación. José Luis Rodríguez Zapatero salió ayer al paso de los dos principales reproches que la oposición realiza al Gobierno y, como cada año desde que fue elegido presidente, aprovechó su cita con la fiesta minera astur-leonesa de Rodiezmo para anunciar una subida de las pensiones mínimas superior a la media.

Pero, a diferencia de otros años, ayer no concretó porcentaje ni cuantía. Al igual que para las retribuciones de los funcionarios y el salario mínimo interprofesional, se remitió al acuerdo con los sindicatos. 'Las pensiones mantendrán su poder adquisitivo y, como siempre, las mínimas ganarán poder adquisitivo. Se lo propondré a los sindicatos', dijo.

Ante un auditorio de varios miles de seguidores, aunque menos nutrido que en ediciones anteriores de esta romería política, defendió que el gasto en pensiones, becas o ayuda a la dependencia 'no es despilfarrar'.

Que la cosa no está para bollos preñados fue algo que planeó en todas las intervenciones porque, como reconoció uno de los anfitriones, el secretario general de Asturias, Javier Fernández, el curso político 'va a ser duro' y el PSOE necesitará 'movilizar no sólo a los de siempre, sino también a los más refractarios'.

Alaba la 'actitud ejemplar' de los sindicatos y critica a los empresarios

Pero, aun así, el presidente sostuvo que el Gobierno dispone de margen suficiente para realizar una fuerte inversión pública que permita mantener la protección social e impulsar el cambio del modelo productivo de España porque, 'aunque ahora está creciendo, nuestro nivel de endeudamiento está 20 puntos por debajo de la media de la Unión Europea'.

Y que los sindicatos constituyen el principal aliado del Gobierno lo confirmó en su discurso el secretario general de UGT, Cándido Méndez, quien elogió que 'a diferencia de crisis anteriores, el Gobierno está encarando la crisis de manera solidaria'.

El presidente, tras proclamar que se debe 'fundamentalmente a la gran mayoría de trabajadores que apoyan un proyecto progresista', le devolvió el elogio alabando la 'actitud ejemplar' de las organizaciones sindicales, que contrapuso a la de los empresarios: 'Me hubiera gustado decir lo mismo de otras instancias, pero no lo puedo

Pero, aun otorgando la máxima importancia al diálogo social, Zapatero quiere buscar la más amplia concertación. 'De la crisis tenemos que salir con diálogo social y parlamentario', subrayó. Y llegado aquí reiteró su apelación al Partido Popular para que 'cambie de actitud' y se avenga a negociar pactos de Estado sobre la educación y la política energética, los pilares del cambio de modelo de crecimiento que pretende impulsar a través del proyecto de ley de economía sostenible, que quiere aprobar en Consejo de Ministros durante el mes de octubre y cuyas líneas maestras presentará el miércoles al Pleno del Congreso.

Pide al PP que, 'por una vez', piense en el interés general de los españoles

'Pido al PP que por una sola vez ponga algo de su voluntad y se ponga a hablar, que piense en el interés general y no sólo en descalificar, que es lo que hace cada día el señor Rajoy. Le pido que, una sola vez, piense más en servir a su país que en hacer crítica política', dijo el presidente.

Pero no pareció muy convencido de que su emplazamiento vaya a encontrar eco. 'Pido a los ciudadanos que se pregunten qué hemos oído durante estos meses del PP. Muchas cosas mejor no recordarlas ¿Alguna idea? No. ¿Alguna propuesta? No. ¿Algún compromiso? No. ¿Alguna oferta de colaboración? Nunca'.

Méndez acusa a los empresarios de tratar a los obreros como 'basura'

Zapatero dedicó buena parte de su intervención a reivindicar los esfuerzos desplegados por el Gobierno y rechazó, con indisimulado enojo, la campaña que presenta todas sus iniciativas como ocurrencias: 'El Gobierno ha tomado decisiones continuamente, más de un centenar de medidas. Algunos dicen: rectifican, improvisan ¡Mentira, mentira! Damos respuestas a situaciones concretas. Eso es gobernar cerca de lo que pasa. Este no es un Gobierno que no escuche y que no sea sensible a las demandas que se le plantean. No improvisamos, estamos todo el día explorando posibilidades para luchar contra la crisis, pero sabemos a dónde vamos. El Gobierno está impulsando decididamente un cambio del modelo de crecimiento, con un rumbo claro y preciso, con diálogo y concertación'.

Sobre la anunciada reforma fiscal, no aportó más precisiones, precisamente para no entorpecer la negociación de los Presupuestos, que pondrán el marco legislativo. Se limitó a expresar su convencimiento de que 'muchos ciudadanos' están dispuestos a 'aportar algo más' para contribuir a una salida solidaria de la crisis económica.

De paso, descalificó con dureza a quienes ponen altavoz a la previsión de que España se recuperará más tarde que la mayoría de los países de la Unión Europea. Zapatero rechazó el pronóstico: 'Vamos a salir como los demás. En 2010 estaremos ya en la recuperación económica'. Y censuró a quienes 'se frotan las manos' y 'alientan' la idea de que España lo tiene más difícil que el resto: 'No saben lo que representa la España democrática, no saben cómo es de fuerte el país'.

El líder de UGT, por su parte, confirmó la disposición de los sindicatos a recuperar el diálogo social, pero lo condicionó a que la patronal 'destierre falsedades', como que el despido es más caro en España que en otros países de 'la vieja Europa', y 'reconozca evidencias', como que los salarios son de los más bajos y los beneficios empresariales, de los más altos.

Zapatero defiende que el gasto en pensiones o becas 'no es despilfarro'

Cándido Méndez propuso empezar por la negociación colectiva, 'pero no para reducirla a los convenios de empresa, sino para hablar de la nueva organización del trabajo' y de lo que identificó como la gran reforma pendiente en España: 'La reforma empresarial'.

El dirigente de UGT acusó a los empresarios de 'poner en la puerta de la calle a los trabajadores como sacamos por la noche la bolsa de la basura' y advirtió de que 'ya están despidiendo a mansalva a trabajadores fijos'. Y lo que es peor: 'Quieren echar a pelear a los hijos contra los padres por tener un trabajo fijo'.

Méndez, que no ocultó su sintonía con el Gobierno de Zapatero, reivindicó el papel de los sindicatos como 'una de las barreras frente a la salida insolidaria de la crisis'.

Y para dejar clara su firmeza, anunció que UGT y Comisiones Obreras preparan una gran movilización para el día 7 de octubre.