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Bruselas estrecha el cerco a la especulación con deuda pública

Barnier anuncia una regulación de productos financieros complejos ante las operaciones contra la economía de Grecia

DANIEL BASTEIRO

El nuevo comisario encargado de la regulación financiera, Michel Barnier, está decidido a investigar y acabar con los especuladores que apuestan en los mercados contra la fortaleza financiera de los miembros de la Unión Europea (UE). 'Estamos trabajando en los elementos básicos de los derivados financieros'; es decir, los productos cuyo valor se basa en el precio de otro activo, tales como los CDS (o Credit Default Swaps), los seguros sobre el riesgo de impago que han jugado un papel central en la desconfianza de los mercados ante la capacidad de Grecia para refinanciar su deuda.

'En cuanto a los CDS, estamos explorando los aspectos que se relacionan con los Estados', confirmó Barnier. El comisario aseguró que cualquier medida que se tome será 'dentro del marco del G-20', ya que 'este trabajo no lo estamos haciendo solos'. Barnier aseguró que 'los americanos están haciendo lo mismo'.

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El anuncio se produjo en Londres, la plaza financiera europea por excelencia a la que Barnier consagró su primera visita oficial tras ser elegido. El Reino Unido, que batalló para que Francia no se hiciese con la cartera de Mercado Interior, acogió con escepticismo al comisario, ferviente partidario de la obsesión de Nicolas Sarkozy de regular todo producto financiero, sobre todo los que hayan podido tener alguna influencia en el estallido de la crisis económica.

'Nos tomamos esta cuestión muy seriamente', aseguró Chantal Hughes, portavoz de Barnier, quien confirmó que su departamento ya ha convocado reuniones de expertos que determinen 'si el sistema tiene problemas inherentes' que es necesario limar.

La Comisión anunció que a lo largo de este año presentará una gran directiva que ataque directamente la cuestión de los productos financieros complejos, entre los que se incluyen los CDS, además de la revisión de la directiva de Abusos del Mercado, a todas luces ya obsoleta.

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Bruselas trata de luchar así contra la profecía autocumplida. Es decir, la posibilidad de que la desconfianza de los mercados, de la que los especuladores sacan tajada, acabe precipitando decisiones políticas que, de otra manera, no se producirían.

Grecia se perfila como paradigma de un comportamiento de los mercados al que no escapa España, que se vio perjudicada por las comparaciones con Atenas y las dudas sobre la capacidad de refinanciación de la deuda.

El miedo a la influencia de los especuladores recorre el Gobierno de Angela Merkel, que ayer insistió una vez más a los que la señalan como ideóloga de un rescate de Grecia que todavía no hay plan. Según su ministro de Exteriores, Guido Westerwelle, las discusiones sobre la solvencia del Gobierno griego para hacer frente a sus problemas son carnaza para los especuladores y 'superfluas' en la arena política. 'Sólo sirven para inyectar en los mercados ansiedad en vez de confianza', dijo.

Por ese motivo, el Gobierno de Alemania ha puesto en marcha una investigación para identificar a los especuladores que engrosan sus beneficios con las apuestas sobre la quiebra de Grecia y su posible rescate. 'Sería negativo que después del rescate nos diésemos cuenta de que el dinero ha ido al bolsillo de los especuladores', según declaró una fuente cercana a la investigación a la agencia Reuters.

Por su parte, la ministra francesa de Finanzas, Christine Lagarde, pidió una regulación estricta de todos los productos derivados financieros que tengan algún impacto sobre la deuda de los países europeos, apremiando a la Comisión a presentar de manera formal las reformas enunciadas ayer por el comisario Barnier.

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