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Europa ofrece 30.000 millones para salvar a Grecia

La ayuda que aprueba es muy superior a la prevista para calmar a los mercados. El FMI aportaría otros 15.000 millones

DANIEL BASTEIRO

Los ministros de Economía y Finanzas de la zona del euro, reunidos bajo el formato de Eurogrupo, ofrecieron ayer, en domingo y en una reunión por videoconferencia extraordinaria, 30.000 millones a Grecia en este año para refinanciar su deuda. El rescate, que podría alcanzar los 45.000 millones de euros cuando se concrete la aportación adicional del Fondo Monetario Internacional (así lo sugirió el comisario europeo de Economía, Olli Rehn), supone un órdago a los mercados y a los especuladores, que durante los últimos meses han hecho pasar a Atenas un calvario por sus dudas sobre la credibilidad de sus finanzas. La semana pasada, ese castigo de los mercados fue especialmente severo, y la prima de riesgo (el diferencial del tipo de interés de la deuda a diez años respecto a Alemania) se disparó hasta el máximo histórico de 436,3 puntos básicos.

Ayer, el Eurogrupo cerró el capítulo de las vagas promesas, anunciadas en las dos últimas cumbres de la Unión Europea, y remató un acuerdo con mucho dinero sobre la mesa, sugiriendo incluso que el voluminoso paquete de ayuda podría ampliarse si fuera necesario. Las reticencias de varios países, liderados por Alemania, se disiparon, y la dotación final, que supera con mucho las previsiones anteriores, suponen lanzar un mensaje muy claro a los inversores: la zona del euro está dispuesta a echar el resto y poner todo el dinero que haga falta para evitar la bancarrota de la economía griega.

El acuerdo está pendiente de que Grecia lo solicite oficialmente

El precio que tendrá que pagar Grecia por la ayuda será un tipo de interés de aproximadamente el 5% a un plazo de tres años, según los cálculos de la Comisión Europea. Esta tasa es más exigente que la que suele aplicar el FMI en sus rescates (un 3,8%, en las condiciones actuales de mercado) y también es superior a la barajada la semana pasada en las negociaciones técnicas de la zona del euro (4,1%).

Detrás de este endurecimiento de las condiciones económicas puede verse la mano de Alemania, que no quiere que el rescate salga casi gratis a un país con muchos pecados financieros, entre ellos las mentiras sobre la situación económica del país con las que los sucesivos gobiernos helenos engañaron a la UE durante toda una década. En todo caso, el 5% es un tipo de interés mucho más favorable que el que el mercado está aplicando actualmente a Grecia, que ronda el 7%.

Lo que también quedó claro ayer es que Grecia no tendrá que hacer esfuerzos presupuestarios extraordinarios para acceder a las ayudas aprobadas por la eurozona. Los planes de austeridad ya elaborados son suficientes para la eurozona, y el Gobierno de Atenas no tendrá que exigir más a una sociedad castigada por los recortes presupuestarios.

Pero Atenas no reclamará el dinero seguramente hasta mayo

'Lo importante es que hay un acuerdo unánime' que supone un 'fortalecimiento de la zona del euro', aseguró conciliadora la vicepresidenta económica, Elena Salgado, que participó en la reunión del Eurogrupo. España se hará cargo de hasta un 12,24% de la factura, que se divide entre todos los países de la zona del euro (excepto, obviamente, Grecia) en función de su participación en el capital del Banco Central Europeo.

Aunque el Gobierno no ha anunciado una cifra concreta ('pagaremos lo que nos toque, según fuentes gubernamentales'), el desembolso final, de acuerdo con ese porcentaje, superaría los 3.600 millones de euros.

Ahora falta por saber cuándo Grecia solicitará formalmente la ayuda, que es el requisito que falta para se active el rescate y se liberen los préstamos bilaterales. En principio, según fuentes financieras, Grecia no hará uso de la petición de forma inminente, y esperará hasta mayo para ver cómo reaccionan los mercados, ya que es en ese mes cuando tiene mayores compromisos de devolución de deuda.

España podría tener que aportar más de 3.000 millones en un préstamo bilateral

En todo caso, el deseo nada secreto de Grecia y del resto de los países de la eurozona es que los mercados se tranquilicen, relajen su presión sobre la deuda helena, permitan a Atenas financiarse a un coste moderado en los mercados y que por tanto no tenga necesidad de utilizar el paquete de ayudas para cumplir con sus compromisos financieros.

'Ahora hay dinero detrás', dijo ayer Jean-Claude Juncker, presidente del Eurogrupo, en una rueda de prensa en Bruselas, al ser preguntado sobre la posibilidad de que los inversores dejen de atacar a Grecia. 'Es la señal que los mercados estaban esperando', confió el comisario de Economía, Olli Rehn. El primer ministro griego, Yorgos Papandreu, lo vio a su manera: 'La solidaridad europea es ahora de carne y hueso', aludiendo al carácter abstracto de anteriores manifestaciones de apoyo.

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