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Rajoy considera "increíble" que desde el Senado se proponga violar la ley

JUAN ANTONIO BLAY

El proceso soberanista abierto en Catalunya contamina ya toda la actividad política. La sesión de control al Gobierno en el Senado ha estado protagonizada por ese asunto, sobre todo en el enfrentamiento mantenido entre el portavoz del grupo parlamentario de CiU, Josep Lluis Cleries, y el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy.

'Ningú ens pendrá la nostra llibertat. Visca Catalunya' - nadie nos robará nuestra libertad. Viva Catalunya -. Con esta rotunda frase ha concluido Cleries una dura intervención en la que ha exigido a Rajoy que 'deje votar a los ciudadanos de Catalunya. La consulta es legal, democrática y constitucional', ha dicho. Estas palabras han sido coreadas con burlas y gritos de desaprobación desde la bancada popular.

El presidente Rajoy también ha empleado palabras duras antes de concluir con otra frase lapidaria: 'Creo que es increíble que desde el Senado haya voces que propongan violar la ley', en una clara alusión a la suspensión de la ley de consultas y el decreto de convocatoria de la votación del 9-N de la Generalitat. Según Rajoy, que no ha invocado las providencias del Tribunal Constitucional de anoche, 'la Generalitat no tiene esa competencia - la de convocar la consulta -, tiene otras, pero esa no; además, atenta contra el derecho del resto de los españoles a decidir el futuro de España'.

La sesión parlamentaria ha estado marcada por la tensión en torno a la crisis abierta por el proceso soberanista en Catalunya y la reacción del Gobierno central. En la cámara alta ha habido un choque de trenes que nada ha tenido que ver con las ofertas de diálogo proclamadas por el propio presidente Rajoy ayer lunes tras la reunión extraordinaria del Consejo de Ministros. Si había brecha, hoy se ha convertido en grieta profunda a juzgar por la actitud desafiante del portavoz de CiU y la dureza de la respuesta del presidente del Gobierno, que ha estado arropado por lo aplausos de su bancada y de los miembros del Gobierno puestos en pie al acabar su intervención.

Las tesis no han variado. El senador Cleries ha insistido una y otra vez en la legitimidad de la iniciativa de la Generalitat. Y ha puesto como ejemplo a Escocia y hasta la propia Constitución. '¿Usted qué propone?', le ha pregunta a Rajoy. 'Usted ha promulgado las resoluciones del Tribunal Constitucional antes de que esta institución se pronunciase. Lo que ocurrió ayer, señor presidente, nos aleja de un Estado que no nos quiere', ha proclamado Cleries.

Rajoy, que ha estado vehemente en sus respuestas al senador de CiU, no ha variado en absoluto su eje de actuación. Y ha echado mano de la Constitución para afirmar que 'gracias a sus normas se ha votado en más de 60 veces desde 1977, por lo tanto la Constitución no impide votar a los ciudadanos catalanes'. Y ha añadido: 'No me hable de Escocia porque allí no tienen ni la mitad de la mitad de la mitad de las competencias que hay en Catalunya', ha concluido con gran énfasis. Rajoy: 'No me hable de Escocia porque allí no tienen ni la mitad de la mitad de la mitad de las competencias que hay en Catalunya'

La crisis catalana ha estado presente también cuando ha intervenido la portavoz del grupo parlamentario socialista, María Chivite, que se estrenaba en sus interpelaciones al presidente del Gobierno. No ha estado afortunada en su primera oportunidad con Rajoy enfrente. Su pregunta, potencialmente desafiante, versaba sobre la reforma constitucional que propone el PSOE por lo que se interesaba sobre la actitud de Rajoy al respecto.

El presidente del Ejecutivo, un experimentado parlamentario, ha conseguido dar la vuelta a la interpelación para ser él quien, al final, ganó el intercambio de argumentos. Chivite le conminó a que moviera ficha ante la petición de su partido como solución para los problemas institucionales que tiene España. Entre ellos la cuestión catalana. Pero ha formulado sus propuestas de forma pobre, en el fondo y en la forma, hasta el punto de que hubo instantes en que no tenía argumentos suficientes para consumir sus siete minutos reglamentados. Al final le pidió a Rajoy que haga 'una política de altura'.

Desde la bancada popular, conscientes de la debilidad de las argumentaciones de Chivite, comenzaron a lanzar improperios, chanzas y expresiones como '¿cuál?', ¿'cómo'? ante su insistencia de que Rajoy diese 'un paso más para romper el diálogo de sordos' que mantiene con Catalunya y reformar la Constitución. En medio de ese clima Rajoy ha sido categórico: nada de nada.

'Ahora hay cosas más importantes que reformar la Constitución', ha dicho. En cualquier caso, ha insistido, para reformar la Constitución 'ha de saberse antes para qué, en qué y con qué apoyos'. Y ha devuelto la pelota a su interpelante, que ya no tenía turno para responder: 'Ustedes hablan de Estado federal, ¿en qué se diferencia del Estado de Autonomías, contempla comunidades con diferentes competencias, el Senado lo eligen los ciudadanos o los nombras los parlamentos autonómicos?', ha preguntado.

Y ha rematado la faena con un argumento ciertamente contundente: 'Ustedes han votado no a todas las reformas que hemos propuesto.¿Quien es el inmovilista? De esta sesión, al final, saco una conclusión: ustedes proponen la reforma de la Constitución y me dejan a mí que diga en qué consiste esa reforma que propugnan'. La verdad es que Rajoy ha tenido un final lucido frente a la pobre versión que ha mostrado la nueva portavoz socialista.


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