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Aduriz sueña a toda velocidad

'Mi ilusión sería jugar una final de la Copa del Rey...', reconocía el delantero vasco

R. V.

'Mi ilusión sería jugar una final de la Copa del Rey...', reconocía el delantero vasco Aduriz cuando triunfaba en Valladolid hace ya algunos años; '...con el Athletic', desvelaba el donostiarra que no olvida su paso por Lezama.

Esta noche, Aduriz luchará por ello en Mallorca ante el Barcelona. A la misma hora, su equipo del alma se batirá con el Sevilla por esa final que un día, cuando compartía vestuario en el Antiguoko con Xabi Alonso, Iraola o Murillo, ya soñaba disputar.

Deberá pasar un tiempo para que el canterano culé Víctor Sánchez olvide la velocidad de Aduriz. El punta del Mallorca le dejó en evidencia en su debut como central en el Camp Nou. Tampoco Touré Yayá pudo pillar al vasco que, por piernas, acabó marcando el primer gol de su equipo en uno de esos partidos que el Barça todavía remontaba.

Aduriz llegó a Palma el verano pasado. Se fue de San Mamés con polémica y aterrizó en el Mallorca con una losa. Su venta provocó pintadas en Bilbao contra el presidente Lamikiz por lo que la afición consideró una operación deportivamente discutible y únicamente económica.

El equipo balear desembolsó por el jugador cinco millones de euros, convirtiéndole así en el segundo fichaje más caro de la historia del club sólo superado por el 50 por ciento de los derechos de Etoo que el Mallorca compró en su momento al Madrid.

El delantero volvía a abandonar su casa y a su compañero de piso, Gurpegui, como ya hiciera cuando jugaba en el filial del Athletic y se marchó al Burgos, que militaba en la Segunda B. Allí marcó 16 goles.

Al año siguiente, subió un escalón para irse al Valladolid, entonces en la categoría de plata. Pucela fue un trampolín para Aritz, que firmó 14 tantos a pesar de que jugó poco más de media temporada lastrado por una lesión.

El Athletic le repescó, previo pago de tres millones de euros. Tras dos años en San Mamés, llegó el Mallorca con urgencias en el campo y la chequera llena tras el traspaso de Güiza a Turquía. Las necesidades del club vasco y la poca confianza de Caparrósen el delantero hicieron el resto para que Aduriz aterrizara en el club balear.

El ariete suma siete goles en Liga y , de momento, con quien podría jugar una final de Copa es con el Mallorca. Para eso, su equipo necesita tres tantos: 'Que toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son'.

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