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Tras 4 años de la ley, 654.499 grandes dependientes o severos tienen ayudas

EFE

La Ley de la Dependencia se aprobó hace cuatro años y desde entonces en España se han autorizado ayudas a 654.499 grandes dependientes o severos, por lo que sus familiares la han rebautizado como la ley de "la independencia" gracias a la libertad que han logrado tras años de obligaciones inaplazables.

Esta norma se aprobó el 14 de diciembre de 2006 con el nombre oficial de Ley de Promoción de la Autonomía Personal y Atención a las personas en situación de dependencia.

Cuando se abordan los distintos aspectos de la ley con técnicos y políticos se ofrecen innumerables datos sobre beneficiados, prestaciones, creación de empleo o estadísticas, aunque cuando se percibe su verdadero alcance es cuando se pone "cara" a los afectados.

La Agencia EFE ha contactado con tres de ellos que pudieran representar a los tres tipos de ayudas: para residencia, una prestación económica para cuidar de un familiar y ayuda a domicilio.

"Una liberación" ha sido para Isabel Molina la ayuda a domicilio que la auxiliar de enfermería y profesora de yoga Jenifer Jiménez presta tres horas diarias a su hija Susana Lázaro, de 33 años y con esclerosis múltiple desde hace once, lo que le impide andar sola, vestirse o realizar numerosas tareas sin asistencia.

A pesar de esta enfermedad degenerativa del sistema nervioso, Susana no para de reír y de hacer bromas junto a su madre y una de sus hermanas, y destaca que se siente "libre" cuando hace sus ejercicios en la piscina municipal de San José de la Rinconada (Sevilla).

Milagros Mellado, de 66 años, cuida de su hermano Manuel, de 63 y postrado en la cama desde hace 47 años por los problemas cerebrales y físicos que padece por los fórceps que emplearon cuando nació.

Ella le alimenta "por el estómago" con una jeringuilla, le cambia los pañales varias veces al día y le varía la postura en la cama ante la falta casi absoluta de movilidad de su hermano, al que llama "mi niño" y que agradece con una leve sonrisa sus cariñosos cuidados, que le permiten salir de casa sólo para ir a la compra.

"Eso es lo que él quiere, que le quieran", resume Milagros, viuda con cuatro hijos mientras le aprieta la mano a su hermano y le besa ruidosamente en la cara antes de afirmar que la ayuda que percibe (338 euros al mes) "no es que sea este mundo y el otro, pero menos había antes, cuando no había nada".

En la residencia de ancianos Alconchel de Mairena del Alcor (Sevilla), Francisca Alba, de 83 años, se muestra "encantada" de la atención que recibe desde que ingresó junto a su hermana gracias a la ley, que define como "lo más grande".

Perfectamente peinada y arreglada, en su plaza de la residencia -una de las 48.800 que hay en Andalucía- Francisca se entretiene con las actividades que le proponen los monitores y con la televisión a la vez que acompaña a su hermana, que tiene problemas graves de salud.

Manuel Rus

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