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Ariel Sharón cumple 80 años mientras sigue en coma y su hijo entra en prisión

EFE

El ex primer ministro israelí Ariel Sharón cumple hoy 80 años, más de dos años después de entrar en coma y un día antes de que su hijo Omrí entre en la cárcel por financiación ilegal de una campaña electoral de su padre.

"La situación de Sharón permanece estacionaria, no hay ningún cambio en su estado médico", informó a Efe una portavoz del hospital Sheva, en la localidad israelí de Tel Hashomer, donde atienden al ex jefe de gobierno.

Según esta fuente, la vida de Sharón se prolongará "tanto como Dios desee".

Miembros de su familia declararon al diario Yediot Aharonot que el ex primer ministro israelí ha experimentado una ligera mejoría y que es "consciente de lo que le rodea" e incluso "lo sientan frente a la televisión". Por el día, respira por sus propios medios.

Sharón nació un 27 de febrero, pero desde siempre su familia lo celebra el 26 porque en realidad nació en la noche de un día como hoy.

El polémico ex político y ex general israelí, fundador del Partido Kadima, escindido del bloque nacionalista de derecha Likud en 2005, permanece en coma desde que sufrió una hemorragia cerebral el 4 de enero de 2006.

La familia acudirá hoy al hospital para celebrar con él su cumpleaños en una más que sencilla ceremonia, que coincide con la última vez que su hijo Omrí lo verá antes de entrar en prisión, mañana, por delitos de financiación ilegal de campaña electoral.

Omrí, ex diputado, fue condenado a siete meses de prisión y el pago de una multa de 300.000 shékels (unos 55.000 euros) tras ser declarado culpable de aceptar donaciones privadas para la campaña electoral de su padre dentro del Likud en 1999, y de prestar falso testimonio durante la investigación.

En un principio la pena impuesta fue de nueve meses de cárcel y otros nueve de prisión condicional, pero poco después de enfermar su padre, el Tribunal de Distrito de Tel Aviv acortó el período de cárcel a siete meses al tomar en consideración la difícil situación que atravesaba la familia.

"Pago el precio. No tengo remordimientos. No voy a pedir ningún indulto. No voy al patíbulo, voy a la cárcel", dijo recientemente Omrí a uno de sus amigos sobre un expediente judicial en el que todos los analistas atribuyeron la responsabilidad a su padre.

Según esta teoría, Omrí, que cumplirá condena en una cárcel abierta para delincuentes de cuello blanco, se hizo responsable de los cargos para no perjudicar la carrera de quien era ya primer ministro.

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