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El Banco de España estima que el PIB subirá un 2,4 por ciento en 2008

EFE

La economía española crecerá este año al 2,4 por ciento según la estimación del Banco de España, que explica esta fuerte desaceleración por un entorno internacional "menos favorable", el encarecimiento de las materias primas y un "ajuste más pronunciado" de la inversión en vivienda.

En su último boletín económico, el Banco advierte de que tanto esta estimación como la de 2009 -un crecimiento PIB del 2,1 por ciento- están sometidas a "notables dosis de incertidumbre", y los riesgos son "a la baja", porque es posible que la actividad mundial "se resienta en mayor medida" de lo esperado o que se endurezcan más las condiciones financieras si sigue la inestabilidad internacional.

Pese a todo, el organismo supervisor asegura que la desaceleración permitirá "atenuar" importantes desequilibrios como el déficit exterior, la necesidad de financiación de la economía o el endeudamiento de las familias, que será "más moderado y sostenible" debido a la contención del gasto, así como la "gradual, pero continuada" moderación de los precios de la vivienda.

Por otro lado, el BE calcula que el superávit de las Administraciones Públicas será este año del 1,2 por ciento del PIB y bajará hasta "casi desaparecer" en 2009, con un 0,2 por ciento del PIB, tras unos años con un fuerte saldo positivo "transitorio", vinculado sobre todo a los beneficios empresariales y al desarrollo inmobiliario, que mejoraron la recaudación impositiva.

El Banco de España reconoce de que la desaceleración de la construcción será "más pronunciada de lo esperado" porque la mayoría de los indicadores de este sector están mostrando al inicio del año una evolución "más desfavorable" que la de finales de 2007.

Advierte asimismo de que, dentro de la construcción, la menor pujanza del sector inmobiliario puede suponer un menor dinamismo en la creación de empleo, así como una "desaparición de los estímulos procedentes del incremento de la riqueza que han estado impulsando el gasto de las familias en los últimos años".

En este sentido, augura una fuerte desaceleración del consumo privado para este año, hasta una tasa del 2,3 por ciento, debido al menor aumento de la renta disponible y de la riqueza de las familias, tanto real como financiera.

También espera una moderación en la inversión, debido a la menor expansión de los mercados exteriores y de la demanda interna.

Así, el Banco de españa cree que este año las exportaciones se desacelerarán tanto por el menor crecimiento de los mercados exteriores como por la apreciación del euro, aunque también habrá una ralentización de las importaciones -por la moderación de la demanda interna-, por lo que la aportación al crecimiento del sector exterior seguirá mejorando.

El organismo supervisor espera incluso que en 2009 dicha aportación al crecimiento pase a ser positiva, gracias a que las exportaciones mejoren con la recuperación de los mercados internacionales, mientras las compras al exterior sigan reflejando el pulso más débil de la demanda.

El Banco de España insiste en que todas estas previsiones están sometidas a una importante incertidumbre, no sólo porque es posible que la actividad mundial se resienta más de lo esperado, sino también porque se acentúen los problemas en el ámbito financiero.

"Si persisten las dificultades para que las entidades de crédito se financien a precios razonables en los mercados internacionales no se puede descartar que las condiciones financieras (tipos de interés o condiciones de acceso al crédito) se hagan más exigentes para las decisiones de financiación del gasto de los hogares y de las empresas en España", añade el boletín.

Esto, a su vez, podría hacer "más pronunciado" el ajuste en el sector inmobiliario.

Tampoco se puede descartar, apunta, que la debilidad de algunas economías, en especial la de Estados Unidos, sea mayor que la esperada, o que esa pérdida de dinamismo "contagie de forma más intensa a otras áreas", y concluye que los riesgos que rodean las previsiones de crecimiento se inclinan "a la baja".

En cualquier caso, subraya que la desaceleración traerá consigo una consecuencia positiva: que se "atenuen" algunos desequilibrios de la economía española.

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