'Estoy completamente seguro de que el euro sobrevivirá'. Son las palabras del presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, en la segunda jornada de su visita oficial a Australia, un día después de que las bolsas europeas se desplomaran y las primas de riesgo se dispararan.

En declaraciones para el canal australiano de televisión ABC, Barroso ha insistido en transmitir un mensaje de confianza sobre el futuro de la eurozona tras la amenaza de 'recesión inminente' de Lagarde. Para ello, ha recalcado en que la UE está trabajando para adoptar un enfoque convincente a medio y largo plazo para resolver los problemas derivados de los presupuestos de sus Estados miembros y de la gobernanza en la eurozona, añadiendo que, además, 'las crisis de deuda soberana no suponen una amenaza a la estabilidad del euro'. Una moneda que, en opinión del presidente de la Comisión Europea, 'continúa siendo una divisa extremadamente importante, creíble y estable'.

Barroso ha señalado que los líderes de la Unión Europea tienen la voluntad política de 'solucionar el problema de la deuda que ha acarreado la crisis en la eurozona'. 'Se ha hecho mucho y estamos en el proceso de completar una arquitectura muy compleja. Puedo decir, muy honestamente, que creo que existe una fuerte determinación por parte de los líderes y Estados miembros de apoyar la estabilidad del euro y la eurozona', ha prometido Durao Barroso, que también  ha acudido a la Universidad Nacional de Australia, en Camberra.

Después de que la presidenta del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, advirtiese sobre el peligro 'inminente' a escala global, en unas declaraciones que los analistas han considerado poco oportunas, Barroso, que en su primera jornada en Australia desmintió que la Unión Europea pudiese caer en la recesión, ha asegurado que también 'el FMI y los países que proveen la mayor parte del apoyo, harán lo que sea necesario para mantener la estabilidad financiera en la eurozona'.

'El futuro de Europa radica en ajustar sus compromisos y rol en los asuntos mundiales, no en las disputas internas', remachó Barroso en el discurso pronunciado en la universidad australiana.