Por Krittivas Mukherjee

Comandos indios irrumpieron el viernes en un centro judío de Mumbai, y mataron a dos islamistas armados pero no consiguieron salvar a cinco rehenes, después de dos días de derramamiento de sangre que podría haber creado nuevas fricciones con Pakistán.

Mientras, un hombre armado continuaba resistiendo en el hotel de lujo Taj en Mumbai, y las explosiones y los disparos se producían regularmente mientras jugaba al gato y al ratón con los comandos indios de élite por el laberinto de pasillos y habitaciones.

Poco antes del amanecer, los comandos hicieron explotar una pared exterior del centro judío y realizaron el asalto final.

El jefe de la Guardia de Seguridad India, J.K. Dutt, dijo que habían "neutralizado a dos terroristas". El jefe de policía de Mumbai, Hasan Gafoor, dijo que encontraron muertos a cinco rehenes.

En un tercer emplazamiento, en el hotel Trident/Oberoi, los comandos mataron a dos extremistas y liberaron a 143 huéspedes, entre ellos los empresarios españoles Álvaro Rengifo y Antonio de la Joya.

Rengifo dijo que llegó a temer por su vida durante los casi tres días que permaneció atrapado, y alabó el operativo de las fuerzas de seguridad indias.

"El Oberoi/Trident está completamente libre, queda un terrorista en el Taj, que nos está dando problemas y podría estar reteniendo rehenes y por eso somos muy cautos", dijo Gafoor a Reuters.

Extranjeros e indios bien vestidos, algunos arrastrando sus maletas, salían poco a poco del hotel y eran escoltados a unos autobuses y coches que les esperaban después de su dura experiencia.

Un empleado extranjero del hotel salió con un bebé en brazos, y otros lloraban mientras la policía les mostraba fotos de familiares fallecidos para su identificación.

La policía dijo que 24 cadáveres fueron hallados el viernes dentro del hotel, lo que posiblemente hará aumentar la cifra de fallecidos.

Las autoridades han estado tratando de poner fin rápidamente a la crisis de casi dos días de duración en la que han muerto 124 personas y han resultado heridas otras 284.

"La cifra de fallecidos podría subir un poco, pero no mucho más", dijo Garfoor.

India acusó a "elementos" procedentes de Pakistán del asalto coordinado contra su capital financiera, que pareció diseñado para amedrentar a ejecutivos y turistas extranjeros.

Pakistán dijo que ambos países se enfrentaban a un enemigo común. Instando a Nueva Delhi a no politizar los atentados, acordó enviar a su jefe de inteligencia para compartir información sobre el asalto.