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Confían en España, no en sus bancos

ALBERTO MONTERO SOLER

Septiembre ha comenzado con aparentes buenas noticias: los bancos y cajas españolas comienzan a tener acceso al crédito europeo, y el Tesoro Público coloca sus títulos más fácil y a menor tipo de interés. Sin embargo, conviene poner una nota de escepticismo sobre la bondad de estos resultados.

Primero, los bancos y cajas españoles siguen sin acceder al mercado interbancario, en el que el préstamo se realiza en base a la confianza y sin ningún tipo de colateral, sino que acceden al mercado de repos, en donde el préstamo se garantiza con activos, normalmente deuda pública. Conclusión: en Europa siguen sin fiarse de nuestros bancos por muchos tramposos tests de estrés que aprueben y sólo les prestan con el aval de la deuda pública. Resulta paradójico que la deuda de un país que antes del verano estaba al borde de la quiebra garantice ahora la de las robustas instituciones financieras españolas.

Cámara de compensación

Segundo, el acceso al crédito se ha conseguido gracias a que algunas instituciones se han incorporado a cámaras de compensación (especialmente a LCH Clearnet), que han decidido aceptar la deuda pública española como colateral y que, además, median el préstamo entre entidades garantizando su repago.

Conclusión: sin la existencia de un mediador que asume el riesgo de impago y sin el respaldo de la deuda pública española, la banca española seguiría a dos velas.

Tercero: que se haya abierto el crédito a bancos y cajas españolas permitirá aliviar la tensión de los 64.000 millones de euros en vencimientos de deuda que enfrenta en 2010.

Conclusión: las buenas noticias son relativas y van por barrios. La apertura del grifo europeo para la banca española no se traducirá en la relajación de su restricción crediticia sobre hogares y pymes. Lo que obtienen, lo acaparan.

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