Dos personas que podrían formar parte de un grupo de legales (sin fichar) de la banda terrorista ETA han sido detenidas esta madrugada en un polígono industrial de Usurbil (Guipúzcoa) por miembros del Cuerpo Nacional de Policía (CNP), han informado hoy a Efe fuentes de la lucha antiterrorista.

Según estas fuentes, la operación policíal, que se ha iniciado sobre las 2:15 horas y que aún está desarrollándose en la zona industrial de Ualdea, es dirigida por el juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón, quien se ha desplazado a San Sebastián para coordinar la operación.

Las fuentes han precisado que los dos detenidos son un hombre y una mujer que, al parecer, son pareja y que en el momento de su arresto se encontraban en la primera planta de una nave industrial que había sido habilitada como vivienda.

Toda la zona permanece acordonada aún por efectivos de la Policía que han dispuesto en el lugar un área de seguridad muy amplia, ante la posibilidad de que los dos presuntos etarras pudieran tener explosivos en la lonja, que está siendo registrada por los agentes en presencia de ambos arrestados.

Una vez finalizado el operativo, ambos detenidos serán trasladados a las dependencias que el CNP tiene en el barrio donostiarra de Amara, han indicado las citadas fuentes.

Los arrestos de estos dos presuntos etarras tienen lugar tan sólo cuatro días después del asesinato del policía nacional Eduardo Puelles, que murió el pasado viernes por la mañana al explotar una bomba lapa cuando intentaba arrancar su automóvil estacionado en un aparcamiento al aire libre en Arrigorriaga (Vizcaya).

Un día antes, el jueves, desconocidos habían atacado con un artefacto pirotécnico un coche de un trabajador búlgaro de las obras del Tren de Alta Velocidad en Arrasate.

El pasado fin de semana varios radicales quemaron un autobús en San Sebastián, y ayer se supo que el monolito funerario en memoria del ex gobernador civil de Guipúzcoa asesinado por ETA, Juan María Jáuregui, en un paraje boscoso de Legorreta, había sido atacado por unos vándalos. EFE