La frontera hispanofrancesa saltará este mediodía por los aires cuando un tren de alta velocidad (TGV) de la operadora gala SNCF cruce la frontera en dirección a Barcelona.

Quizás es sólo una metáfora, incluso exagerada, pero explica cómo se da el paso histórico que supone el estreno de la primera vía de ancho internacional que unirá España y Francia, con todo lo que ello implica: que por primera vez un tren comercial operado por una empresa pública extranjera circule por territorio español y que lo haga por una infraestructura, el túnel del Pertús, construido y gestionado por una empresa con capital de los dos países, TP Ferro.

El resto es lo de menos, porque, realmente, la vía del AVE que inicia su explotación comercial, nace a medio gas. La línea que debía unir Barcelona y París está inacabada a un lado y otro de la frontera y no se espera su finalización hasta, al menos, el año 2020.

Un servicio Barcelona-París ahorrará una hora y cuarto de tiempo

De hecho, la conexión de las dos ciudades en 7 horas y 25 minutos (un ahorro de una hora y cuarto respecto a los Talgo que ahora cruzaban la frontera por Port Bou) será posible gracias a dos trenes diferentes. Uno que unirá Barcelona y Figueres por vía convencional en 2 horas y 40 minutos y otro que, tras una espera de 25 minutos en la estación gerundense, irá en algunos tramos a alta velocidad para unir Figueres con la capital gala en cinco horas y media.

Está previsto que el AVE pueda recorrer en condiciones de alta velocidad todo el tramo Barcelona-Perpiñán en 2012 si finalmente se acierta el calendario que ya ha sido retrasado, una vez que se concluyan los túneles que se construyen en Barcelona y Girona y los tramos en abierto entre Barcelona y Girona. El calendario francés ya es otra cosa: el Ejecutivo galo no se ha movido todavía para resolver el tramo entre Perpiñán y Nimes, cuya construcción se alargará al menos hasta 2012.

Al final la puesta en funcionamiento de la conexión en las actuales conexiones responde al interés de dejar de indemnizar a la compañía TP Ferro, que acabó el túnel a tiempo sin que hubiera posibilidad de ponerlo en servicio.

Más allá del servicio de pasajeros y la modesta mejora en tiempo respecto a la oferta actual, la puesta en servicio aportará mejoras a partir del miércoles 22 al transporte ferroviario de mercancías, que, en este caso sí, será continuo entre el Puerto de Barcelona y Perpiñán gracias a la construcción de un tercer raíl en algunos tramos de la red de ancho ibérico, con el objetivo de habilitarla como ancho internacional. Así, los trenes que llevan mercancías de un lado a otro de la frontera podrán evitar la parada en Port Bou (Girona) o Cerbère (Francia) para que los contenedores fueran cambiados de tren.