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Dos españoles en la corte de Buzz Lightyear

Juan Carlos Navarro y Eduardo Martín han participado en 'Cars 2'

 

JESÚS ROCAMORA

Hace prácticamente un año, en las oficinas de Pixar en California, un grupo de trabajadores españoles se reunían para ver la final del Mundial de Fútbol en la que Selección Española fue campeona. Entre ellos estaba Juan Carlos Navarro, un alicantino que había colgado sus estudios en Economía y su trabajo en un banco para empezar a trabajar como animador en Pixar. Todavía con la euforia de la victoria, frente al ordenador, Navarro empezó a hacer una toma donde Francesco Bernoulli, un coche de Fórmula 1 protagonista de Cars 2, hacía unos trucos con un balón, que se pasaba con maestría de una rueda a otra.

Lo que en principio iba a ser un mero material promocional para la película le gustó tanto a John Lasseter que decidió incluirlo en el metraje final de Cars 2. 'En Pixar tenemos campo artístico, podemos dar rienda suelta a todo aquello que se nos ocurre y que pueda ser divertido desde el punto de vista teatral', dice a Navarro, responsable de haber dado vida, entre otros, a Francesco, Mate (el mejor amigo de Rayo McQueen) y el malvado Profesor Z 720. A su lado, el barcelonés Eduardo Martín, encargado de la iluminación en Pixar, confirma que, trabajando para la factoría de animación, 'estás dentro de una cadena de producción y, lógicamente, no puedes salirte de ella, pero tienes la autoría del plano. Al fin y al cabo, es una empresa con gente creativa, así que están abiertos a otras ideas y todo lo que puedas aportar es bienvenido. Siempre se puede añadir una capa de creatividad o de complejidad extra a tu trabajo'.

'El trabajo de un animador es como el de un actor: dar vida a un personaje'

Volviendo al teatro, Navarro y Martín comparan su trabajo con el de un artesano de marionetas. La diferencia es que ni los personajes ni los escenarios están construidos en cartón, sino con el ordenador. 'Desde el punto de vista de la animación, un animador es un actor. Tu trabajo es hacer que, cuando vais al cine, penséis que estos personajes están vivos, sintáis con ellos y sigáis su arco emocional y el de la historia. Dentro del ordenador tenemos un coche, pero con controles para todo lo necesario en su cuerpo: los ojos, cejas, párpados, pupilas, boca, para poder crear todas esas expresiones. Básicamente es una marioneta'. Como si fuera un actor que se prepara su personaje, Na-varro se ha esforzado en aportar su visión de los personajes y ha cogido influencias tan variadas como las películas de Louis de Funes, en especial algunos gags del personaje del gendarme, que en Pixar gustaron mucho.

El trabajo de Martín también tiene su equivalente en el teatro. Una vez construido el escenario virtual, disponen de herramientas que simulan el sol, el cielo, los focos, pueden ajustar colores, etc. 'Y Cars 2 es muy rica en ese aspecto, porque viaja por diferentes países y cada uno tiene una peculiaridad: Tokio está lleno de neones; Londres está cubierto y suele llover; en Italia predomina el sol del Mediterráneo. La luz te da la personalidad y la atmósfera de cada localización', dice.

Lasseter les dio una directriz: 'Ser coherentes. Los coches son coches'

En Pixar, Lasseter sólo les dio una directriz: ser coherentes con lo que tienen entremanos. 'Respetar que son coches. Francesco es un coche de Fórmula 1, lígero pero rígido. Y Mate tiene mucho peso, no puede comportarse como un Mini. A veces, por la expresividad que les quieres dar, te pasas. John quería que tuviéramos cuidado porque si mueves mucho un coche empieza a parecer de goma. ¡Y son cajas!'.

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