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Francisco Brines desvela que la poesía es una escuela de tolerancia

EFE

El poeta valenciano Francisco Brines, galardonado con el IV Premio Internacional de Poesía Ciudad de Granada Federico García Lorca, considera que "la poesía es una escuela de tolerancia" porque permite identificar al lector con el poeta aunque éste sea "totalmente opuesto" a aquel.

Brines, que participa hoy en Granada en una lectura poética, ha señalado que a través de la poesía "nos reencarnamos en el poeta, que a lo mejor es totalmente opuesto a nuestros sentimientos y a nuestras creencias y, sin embargo, por la emoción estética, asentimos a sus contenidos y, por lo tanto, podemos abrazar los creyentes a los agnósticos y viceversa".

El Premio Lorca le ha supuesto al poeta valenciano "una sorpresa y sobre todo una gran satisfacción, un gran orgullo", por los premiados que le preceden, como son su "amigo de generación y de vida", el asturiano Ángel González, el mexicano José Antonio Pacheco, "muy querido por mi" o la peruana Blanca Varela, cuya poesía considera "de gran valor".

"Sumarme a estos anteriores premiados supone una gran satisfacción para mi, sobre todo llevando el premio el nombre de García Lorca que, para mi, es un poeta absolutamente genial, algo que no se puede decir de demasiados poetas", ha subrayado Brines.

Para el poeta valenciano, la poesía española atraviesa en la actualidad un momento "excelente", y en este sentido ha considerado a España como "país vivo de la poesía".

"No hay en toda Europa ningún país con tantas revistas y colecciones de poesía", ha afirmado Brines, quien ha comparado la creación poética actual con la de la Generación del 27, "muchas veces ayudada por premios que se desarrollan en todos los lugares de España, de los que se suelen hacer varias ediciones, lo cual quiere decir que hay muchos lectores de poesía, muchos más de los que había antes".

Así, en su opinión, el siglo XX es "otro Siglo de Oro" donde se encuentran poetas de la talla de Juan Ramón Jiménez "que tiene una importancia como la tuvo Garcilaso", Antonio Machado o Miguel de Unamuno, tras los cuales ha situado a "dos poetas extraordinarios, como son Lorca y Cernuda".

Brines ha destacado de Lorca que "no fue un poeta con descendencia en la poesía culta española", porque, al igual que otros poetas de su generación, como Aleixandre o Guillén, "tienen un mundo muy personal, tanto a nivel de contendidos como de expresión".

Esto les convierte, según el autor valenciano, en "grandísimos poetas pero no en grandísimos maestros", debido a que concibieron su creación poética como "una búsqueda de sí mismos".

No obstante, para Brines, esta "personalidad única" de Lorca sí ha tenido una "asombrosa" influencia en poetas extranjeros, como los árabes, por su "situación social parecida al de la España de entonces", así como en la canción popular española, que ha contribuido enormemente a difundir la obra del dramaturgo granadino.

Aunque se le enmarca en la Generación del 50, Brines confiesa que si bien comulga con las ideas que presidieron la poesía social que caracterizó este periodo, "como escritura no me interesó mucho, porque lo que se exponía, sobre todo por los escritores de la primera generación, era de lo que se hablaba en las mesas de los cafés, y yo creo que en la poesía tiene que haber una revelación de algo que uno desconoce anteriormente y que, sólo al escribir, con la emoción queda revelada".

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