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El Gobierno confirma la nacionalización de Sidor por trabajo esclavo y prepotencia

EFE

El vicepresidente de Venezuela, Ramón Carrizales, confirmó hoy la nacionalización de la siderúrgica ítalo argentina Ternium-Sidor, la gigante andina y caribeña del acero, y la atribuyó a condiciones de trabajo esclavo y a prepotencias.

"Sabemos que el Gobierno de Argentina siempre ha sido muy respetuoso de las normas internas" de otras naciones, por lo que "esto no generará ningún disputa y mantendremos las mejores relaciones", dijo en rueda de prensa y remarcó que la orden de nacionalización la impartió directamente el presidente, Hugo Chávez.

El consorcio internacional Ternium, básicamente de la familia Rocca de Argentina, posee en la actualidad el 60 por ciento de la siderúrgica, y el Estado y los trabajadores venezolanos se reparten en partes iguales el 40 por ciento restante.

La infraestructura de Sidor, situada a unos 800 kilómetros al sureste de Caracas y por la cual el Estado venezolano recibió unos 1.200 millones de dólares con su venta en 1997, dos años antes de la asunción de Chávez, la componen una veintena de instalaciones donde se produce acero, laminados en caliente y frío, hierro y tuberías.

La producción de todo ello, con "materia prima subsidiada, al igual que la electricidad", era posible con "una explotación inclemente" de los trabajadores, que estaban "sometidos a una semiesclavitud", remarcó Carrizales.

Además, añadió, que parte de la producción era vendida luego a Venezuela "a precios internacionales"; es decir, pese a los subsidios "debemos cancelar altos precios".

"¿Que no han violado la ley, es posible que no haya violaciones, pero lo que se hacía era por lo menos antiético e inhumano", lo que el Gobierno de Venezuela "no puede permitir", remarcó.

Carrizalez dijo que en las negociaciones de un nuevo contrato colectivo a las que acudió desde el mediodía del martes y hasta esta madrugada, "sentimos una actitud de colonizador" por parte de los gerentes de la empresa.

De estos solo se escucharon "posturas intransigentes, irrespetuosas, ofensivas, arrogantes y prepotentes, que simplemente buscaban mantener los esquemas de explotación bárbara a la que han estado sometidos estos trabajadores", sostuvo.

En ese contexto, dijo que se comunicó a Chávez y que este "me instruyó que les informara que el Estado toma el control" y que las condiciones de ello serán definidas en una posterior negociación.

Por ese motivo, dijo que aún "no podemos hablar de ningún tipo de oferta" y que "no estamos cerrados a ningún esquema" de compraventa.

Previamente, José Meléndez, portavoz del sindicato obrero de Sidor, informó que existía "júbilo con el pronunciamiento a la una de la mañana" y que la nacionalización "ha sido un golpe certero" a la patronal.

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