El Inter cerró el año a lo grande, con una victoria sobre el Milán, por 2-1, que le asegura el honorífico título de campeón de invierno de la Liga italiana de fútbol, en un fin de semana que permitió al Lyon mantener el primer puesto hasta enero, en Francia, y que prolongó la pugna entre el Arsenal y el Manchester, en Inglaterra.

A dos jornadas del ecuador de la competición, el equipo de Roberto Mancini tiene 43 puntos y aventaja en siete puntos al Roma y en ocho al Juventus. El Milán, mientras, vaga por el duodécimo puesto, con tan sólo dieciocho puntos, pero con tres partidos menos, los que se perdió por la disputa del Mundial de Clubes.

La última jornada del año, en Italia, sirvió para demostrar el buen momento del Inter y la incapacidad del Milán para ganar en San Siro esta temporada. Fue un choque de estilos entre un conjunto que no presentó ni un solo italiano en su equipo titular, y nueve sudamericanos, y otro que alineó a siete internacionales de Roberto Donadoni.

Se impuso el Inter, o lo que es lo mismo, la conexión argentina entre Julio Cruz y Esteban Cambiasso, que sirvió para dar la vuelta a un partido que se le había puesto en contra desde el minuto 18, cuando Andrea Pirlo ejecutó con maestría un golpe franco.

Empató el "Jardinero" Cruz, tras un centro de Cambiasso, y fue el propio internacional argentino, líder en el centro del campo del Inter, el que decantó el encuentro con un disparo desde fuera del área (m.63).

En Inglaterra, mientras, sigue la pugna entre el Arsenal y el Manchester que aún se prolongará durante este año. Lejos de parar en Navidad, el fútbol inglés aún tiene citas el miércoles y el próximo fin de semana.

El sábado, el Arsenal no falló (2-1) en el derbi del norte de Londres, ante el Tottenham de Juande Ramos, que desperdició un penalti frente a Manuel Almunia.

Contra su máximo rival histórico, el Arsenal sufrió, pero sumó un importante triunfo que aumenta la frustración de los Spurs, incapaces de vencer a los "cañoneros" en los últimos veinte encuentros, durante ocho años.

No se lo puso fácil, no obstante, Juande Ramos, que encontró la forma de anular a Cesc Fábregas en el primer tiempo. Tras el descanso, sin embargo, despertó el centrocampista español, que encontró asistió a Emmanuel Adebayor para que el togolés adelantase a los "cañoneros" (m.48).

En plena euforia en el Emirates Stadium, Cesc estuvo a punto de marcar con un lejano disparo, pero el que logró el empate fue el búlgaro Dimitar Berbatov (m.66).

Los Spurs, incluso, pudieron adelantarse en el marcador seis minutos después, pero el irlandés Robbie Keane, que había lanzado un balón al larguero, no logró engañar a Almunia y envalentonado por la acción del meta español, el Arsenal encontró la victoria con un remate de cabeza de un suplente, el danés Nicklas Bendter, tras un saque de esquina de Cesc.

Un día después, se repitió una historia similar entre el Manchester y el Everton. Los "Toffes" plantearon un buen encuentro y controlaron al límite a los de Alex Ferguson, pero cedieron en el último momento, por un penalti convertido por el portugués Cristiano Ronaldo, en el minuto 88.

El propio Ronaldo había adelantado a los "diablos rojos" en el minuto 22, con un gran disparo desde 20 metros. Empató el australiano Tim Cahill, cinco minutos después, y, cuando parecía que el Everton aumentaría a catorce los partidos invicto en todas las competiciones, el sudafricano Steven Pienaar cometió un inocente penalti sobre el galés Ryan Giggs, que Ronaldo se encargó de ejecutar.

Tras dieciocho jornadas, el Arsenal es líder con 43 puntos, uno más que el Manchester y siete que el Chelsea, que derrotó a domicilio al Blackburn, gracias a un tanto de Joe Cole.

En Francia, por último, el Lyon acaba el año líder, lo que no es poco en una temporada en la que parecía que iba a acabarse su supremacía.

A ello ha contribuido que el conjunto que dirige Alain Perrin ha recuperado la forma y la confianza en sí mismo, lo que también le sirvió para superar la fase de grupos de la Liga de Campeones, y que el fútbol francés no levanta cabeza, porque los "grandes" (PSG y Marsella) viven lejos de la cabeza.