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Israel pasa la pelota de la crisis de la frontera de Gaza a Egipto

Olmert asegura que quiere evitar una crisis humanitaria pero no propone soluciones

EUGENIO GARCÍA GASCÓN, corresponsal

El primer ministro israelí, Ehud Olmert prometió ayer al presidente palestino, Mahmud Abás, que no permitirá que se cree una "crisis humanitaria" en Gaza. Pero tras el encuentro en Jerusalén que duró dos horas no transcendió ninguna información sobre una posible intervención diplomática hebrea para resolver los problemas que han surgido por la voladura de la frontera entre Gaza e Egipto.

Olmert parece haber decidido dejar pasar el tiempo para ver si el conflicto se resuelve solo, esperando que Egipto detenga completamente el flujo de palestinos que cruzan la frontera para abastecerse. La crisis fue motivada por el drástico bloqueo israelí en respuesta a los lanzamientos de cohetes a territorio israelí y que ya dura siete meses.

El ministro de Información palestino, Riad Malki, aseguró ayer que Egipto apoya que la Autoridad Nacional Palestina (ANP) se haga cargo del control de la frontera. Sin embargo, la organización extremista Hamás, que controla la franja de Gaza, rechazó la idea de inmediato. "Tenemos nuestra propia visión sobre cómo debe funcionar la frontera y se la presentaremos a nuestros hermanos egipcios", manifestó el líder de Hamás, Sami Abu Zuhri.

Control a tres bandas

Hamás rechaza un acuerdo fronterizo que ignore la incontestable realidad de que la franja está en su poder. Para la organización fundamentalista, la única fórmula aceptable pasa por un control a tres bandas con la ANP y Egipto.

No obstante, al día de hoy parece difícil que la ANP de Abás acepte ese planteamiento puesto que se trata de una fórmula que no es aceptable para Israel, ya que Olmert no permitirá que parezca que Hamás le ha ganado un pulso.

Abás ha tenido que elegir entre ponerse del lado del sionismo de Olmert o del arabismo de Mubarak y ha optado por lo primero. Su elección está motivada por su deseo, tal vez ingenuo, de llegar a un acuerdo global con Israel, pero implica un considerable desgaste para su imagen entre la mayoría de la población palestina.

Los 1,5 millones de habitantes de la franja sufren una crisis económica desde hace mucho tiempo, incluso desde antes de que Hamás se hiciera con el poder en la franja en junio pasado.

Escasean medicinas, alimentos y gasóleo, así como cemento y muchos otros materiales y productos necesarios para el funcionamiento normal de una economía tercermundista debido al férreo bloqueo israelí.

Menos tráfico en la frontera

En la planta que suministra electricidad al norte de Gaza informaron que están recibiendo de Israel 315 metros cúbicos de gasóleo al día, excepto los sábados debido al shabat judío. La planta no funciona a pleno rendimiento y a causa de ello hay cortes periódicos en algunas zonas.

Mientras tanto, en la frontera continuó ayer el flujo de palestinos bajo la lluvia, aunque en un número muy inferior al de los días pasados. La Policía egipcia expulsó a los palestinos que halló en la ciudad de Al-Arish, en el norte del Sinaí, a unos 40 kilómetros de Rafah.

La Policía se armó con bastones que descargan impulsos eléctricos para contener a los palestinos que trataban de entrar en su territorio y cerró el paso a los camiones y vehículos particulares.

En El Cairo, el ministro de Exteriores egipcio, Ahmed Aboul Gheit, recibió al primer ministro palestino, Salam Fayyad. "Egipto adoptará pronto las acciones y medidas necesarias para controlar la frontera de Gaza", manifestó Aboul Gheit.

El Cairo mantiene una actitud ambigua debido a la presión diplomática de Israel y Estados Unidos.

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