El joven líder de la oposición de Madagascar, Andry Rajoelina, intentó consolidar el miércoles su posición en el poder después de que el Ejército le nombrara presidente, en un suceso que hizo caso omiso de la constitución de la isla.

El ex presidente, Marc Ravalomanana, dimitió el martes, pero según los analistas no tenía ninguna opción real después de que las fuerzas de seguridad respaldaran a su rival, un antiguo pinchadiscos de aspecto juvenil que ha liderado semanas de huelgas y protestas contra el Gobierno.

Al menos 135 personas han muerto en los disturbios, los peores que ha sufrido el país en años, y que han devastado un sector turístico que producía 390 millones de dólares (unos 300 millones de euros) al año, además de preocupar a las multinacionales que invierten en sus sectores minero y petrolífero.

El resultado ha sido una bofetada en la cara para la Unión Africana (UA), que ha condenado los últimos cambios violentos de poder porque perjudican la reputación del continente ante sus inversores.

Los expertos han señalado que los donantes podrían cortar sus ayudas a la isla, pero probablemente sólo a corto plazo.

"Con tanta gente por debajo del nivel de la pobreza, no veo a la comunidad internacional abandonando Madagascar a largo plazo, y (Rajoelina) lo sabe", dijo a Reuters Lydie Boka, del grupo parisino de evaluación de riesgos StrategieCo.

Aunque el apoyo militar ha sido el factor crucial que ha puesto al líder de la oposición en la presidencia, los analistas señalan que el que fuera despedido de su cargo como alcalde de la capital también cuenta con el respaldo del ex presidente en el exilio Didier Ratsiraka y sus aliados.

Algunos analistas señalaron que también su ex potencia colonial, Francia, le dio su apoyo tácito.

Rajoelina fue el martes aplaudido por la población cuando cruzó las calles de la capital, Antananarivo.

ELECCIONES EN DOS AÑOS

El paradero de Ravolamanana no está claro, mientras los partidarios de Rajoelina organizan una gran fiesta en la plaza del 13 de mayo de la capital. Han acusado al ex presidente de perder el contacto con la mayoría de la población, que tiene que vivir con menos de dólares al día.

El nuevo mandatario ha afirmado que su prioridad será abordar las necesidades sociales de Madagascar, situada en la costa este africana y que logró su independencia de Francia en 1960.

Según la ley del país, el líder de la Cámara Alta del Parlamento debería haber asumido el puesto tras la dimisión del presidente y organizado unas elecciones en dos meses.

dirige ahora un gobierno de transición que ha prometido celebrar elecciones en dos años.