El vigente campeón del mundo de MotoGP, el español Jorge Lorenzo, ha asegurado hoy que su Yamaha se mantiene "bastante lejos de las Honda" en condiciones de seco, después de terminar cuarto en los entrenamientos libres del GP de Cataluña a 0.870 del australiano Casey Stoner.

"Siempre prefiero correr en seco que en mojado, pero ahora en seco estamos bastante lejos de las Honda. Intentaremos mejorar mañana. Con lluvia será una incógnita", ha declarado en rueda de prensa el piloto balear.

Lorenzo ha señalado que si llueve el día de carrera -la sesión de hoy se ha visto sorprendida por la lluvia- puede pasar de todo, porque en mojado "cada carrera es una historia diferente".

Según el piloto mallorquín, la diferencia con las Honda se debe a que su equipo no ha conseguido dar con las mejoras que esperaba, y ha anunciado que posiblemente estrenarán un motor más potente para mitad de temporada, en el GP de Brno (República Checa).

"No creo que ellos (Honda) hayan dado un paso adelante desde Catar o Jerez. Estamos más o menos igual. El problema es que nosotros no hemos dado un gran paso adelante. Estamos lejos todavía", ha considerado Lorenzo.

Sin embargo, el motociclista ha indicado que está "tranquilo" y que se dedica a "dar el máximo rendimiento posible" encima de la moto, aunque confía que sus ingenieros mejoren la electrónica y el chasis hasta la llegada del nuevo motor.

Para Lorenzo, Honda ya ofreció un mejor rendimiento el año pasado, cuando costaba mucho ganarles carreras, pero ahora todavía cuesta más.

Sobre Marco Simoncelli, quien inmerso en la polémica por ser señalado por haber propiciado la caída de Dani Pedrosa en Le Mans y que hoy ha firmado el segundo mejor tiempo, Lorenzo ha dicho que si gana el domingo "habría que felicitarle".

"Espero que el público sea caballeroso y lo respete como persona que es y piloto que ofrece un gran 'show'", ha manifestado un Lorenzo que ha reiterado que el italiano no es ningún "asesino".

Por último, Lorenzo ha declarado que no quiere disputar el GP de Motegi, en Japón, porque no se siente seguro ante la posible radioactividad en el país por culpa del accidente en la central nuclear de Fukushima.