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Más estrella del rock que político

Obama encandila a sus seguidores con un estilo desenfadado que no desvirtúa su mensaje de cambio y renovación 

 

ÓSCAR ABOU-KASSEM

Las personas que acuden a los actos electorales de Barack Obama tienen la sensación de estar siendo testigos de un momento crucial en la historia de EEUU. 'Sólo faltan tres días', dijo el aspirante demócrata a la Casa Blanca nada más comenzar su acto de ayer en Henderson, situado 20 kilómetros al sur de Las Vegas.

Todo lo que rodea a las intervenciones de Obama tiene más que ver con la actuación de una estrella del rock que con una arenga política. Las 15.000 personas que ocupaban el campo de fútbol americano del Instituto Conorado llevaban dos horas ensayando el recibimiento para el candidato demócrata. El sol empezaba a levantarse cuando sonaron las notas de The Rising de Bruce Springsteen anunciando la llegada de Obama.

El líder demócrata se presenta en el mitin sin chaqueta y arremangado

Abucheos a McCain

Tras pedir el voto para los candidatos locales al Senado y la Cámara de Representantes, Obama se centró en la economía y en situar a John McCain junto a la figura del presidente George Bush. Cuando la multitud abucheó el nombre de McCain, el candidato demócrata intentó reconducir sus energías: 'No tenéis que abuchearle, tenéis que ir a votar'.

A Obama no le queda mucho trabajo en Nevada. Casi la mitad de los electores ya lo han hecho en el voto anticipado que concluyó el viernes. Y aunque los sondeos le dan una renta de siete puntos sobre McCain, el candidato demócrata quiere asegurar un Estado que vota a caballo ganador. Nevada ha votado por el vencedor de la carrera presidencial en 23 de las últimas 24 elecciones. Sólo dieron la espalda a Jimmy Carter en 1976.

'McCain dice que soy socialista... pues yo digo que él es oportunista'

En su vigésima visita a Nevada, Obama volvió a atacar el punto débil de los republicanos en estas elecciones. 'Ya sabéis que los republicanos dicen que si seguimos hablando de economía van a perder. Por eso no dejo de hablar de la economía', se jactó un Obama que se presentó ante sus seguidores sin chaqueta y con las mangas remangadas.

A veinte metros del escenario se encontraban Jana Holmer y su pareja John Vandixhorn. 'He sido republicano toda la vida hasta el año 2000. Ahora es el momento de las soluciones y Obama es más pragmático', dice Vandixhorn, un psicólogo de 70 años. Los dos han votado por el candidato demócrata los días anteriores 'para evitar colas y los problemas del martes', cuenta Holmer. La mención de los candidatos rivales provoca un entusiasmo inversamente proporcional al generado por Obama. 'Los valores que defiende Sarah Palin son denigrantes para las mujeres de este país', se lamenta Vandixhorn.

Unas filas por detrás está Andrés, un camarero colombiano que ha venido a ver el acto junto a su amigo Pedro, un publicista de 38 años. Ninguno de los dos puede votar, todavía no tienen la ciudadanía. 'Quiero que gane para que arregle la situación económica. McCain es una persona mayor que no podría con todo lo que se le vendría encima', dice Pedro.

'McCain dice que yo soy un socialista, pues yo digo que él es un oportunista. No tiene ninguna propuesta económica diferente a la de Bush, por eso no hace otra cosa que hablar de mí', subrayó el candidato demócrata. Obama sigue vinculando todo lo que puede a McCain con el todavía presidente de Estados Unidos. Mientras las dos candidaturas han tirado de los pesos pesados para la recta final de la campaña, Bush ha desaparecido de los actos públicos para no perjudicar a McCain con su desastroso índice de popularidad.

Como toda estrella que se precie, Obama se dejó los bises para el final: 'Lo que necesita este país no es una guerra. Yo voy a terminar con la guerra en Irak, voy a terminar con Bin Laden y voy a terminar con Al Qaeda'.

 

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