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Merkel y Sarkozy, en la primera ceremonia unida del Armisticio

Reuters

El presidente francés, Nicolas Sarkozy, y la canciller alemana, Angela Merkel, se unieron el miércoles por primera vez en el Día del Armisticio para recordar a sus muertos en la Primera Guerra Mundial, y se comprometieron a trabajar más estrechamente como socios en Europa.

Mientras sonaban los himnos nacionales de los dos antiguos enemigos, Merkel y Sarkozy colocaron una corona de flores en la Tumba del Soldado Desconocido bajo el Arco del Triunfo de París.

Es la primera vez que un canciller alemán acude al Día del Armisticio en Francia, que marca el final de las hostilidades en el frente occidental de la Primera Guerra Mundial el 11 de noviembre de 1918.

"Nos reunimos este noviembre para conmemorar no la victoria de un pueblo sobre otro, sino las adversidades que fueron terribles tanto para un lado como para otros", declaró Sarkozy en su discurso. "Los huérfanos alemanes lloraron la muerte en combate de sus padres igual que los huérfanos franceses".

El sufrimiento alemán fue un tabú durante mucho tiempo, dado que sus dirigentes comenzaron las dos guerras mundiales. Sólo en los últimos años se ha salido a la luz pública, a medida que una nueva generación encuentra su modo de recordar la brutalidad y la pérdida de millones de vidas.

Una Merkel visiblemente emocionada estrechó las manos de los frágiles veteranos supervivientes de la Segunda Guerra Mundial.

Nacida después de la guerra, tanto ella como Sarkozy carecen de las cicatrices personales que marcaron anteriores gestos francoalemanes, especialmente la visita del presidente francés François Mitterrand y el canciller alemán Helmut Kohl en 1984 el campo de batalla de Verdún, en Francia.

Mitterrand resultó herido en este lugar en la Segunda Guerra Mundial, mientras que el padre de Kohl combatió en la zona en la Primera.

En el encuentro entre Merkel y Sarkozy, los asistentes, ondeando banderitas, y los escolares pusieron la única nota de color en una sombría ceremonia. Mientras rendían homenaje a los fallecidos, una gran parte de sus discursos se dedicó al futuro.

"Los alemanes y los franceses, que fueron enemigos acérrimos, permanecen unidos ahora como vecinos en un modo que alimenta la esperanza y la confianza de que en otras partes del mundo, las profundas trincheras puedan ser superadas", dijo Merkel en su discurso.

Francia y Alemania son probablemente los dos aliados más próximos de Europa y llevan décadas actuando como locomotoras de la Unión Europea. Dirigen un batallón militar conjunto, proponen candidatos conjuntos a los altos cargos de la UE y se ha comentado la posibilidad de que el Día del Armisticio se convierta en un festival de la amistad franco-alemana.

"Compartimos los mismos valores, la misma ambición para Europa, la misma moneda", aseguró Sarkozy. "Así que es normal que la política francesa y alemana se dirija cada vez más de cerca".

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