La planta de Nissan de Barcelona se vistió ayer de largo para celebrar la producción de la primera unidad de la furgoneta NV200. En 2010, se prevén fabricar unas 30.000 unidades y, en 2011, 45.000. Junto con los actuales modelos Pathfinder, Navara y Primastar, la producción total será de unos 60.000 vehículos el año que viene. Una cifra que queda muy corta para una planta con capacidad para 128.000 unidades. Nissan deberá buscar más carga de trabajo para evitar nuevos expedientes de regulación.

El compromiso de la multinacional japonesa es dar a conocer en 2010 un nuevo encargo para Barcelona, que empezaría a producirse en 2012. Hasta entonces, la fábrica deberá luchar para que la matriz le asigne otras actividades. En caso de no ser suficientes, deberá optar por nuevos expedientes de regulación de empleo (ERE) temporales, asumió ayer la compañía. En la inauguración de la nueva furgoneta, el presidente del Govern, José Montilla, ofreció el apoyo económico 'a los nuevos proyectos de futuro', y pidió al grupo nipón que siga trabajando para 'encontrar nuevas soluciones'.

En el último año, Nissan ha recortado la plantilla de 4.500 a 2.800 trabajadores, a través de bajas voluntarias y 698 despidos. Para mantener los 2.800 restantes, fue básica la adjudicación, en marzo, de la nuevo furgoneta, un proyecto que recibió 68 millones de ayudas a través del Plan de Competitividad del Ministerio de Industria. La planta se ha adaptado en un tiempo récord de 'seis meses' para acoger su producción, destacó su director general, Fumiaki Matsumoto. Aún así, en septiembre tuvo que recurrir a un ERE temporal de 1.948 personas de 27 días. Las ayudas del Plan 2000E no favorecen a Nissan, que fabrica vehículos que emiten más de 149 gramos de CO2. Sí empieza a notar la recuperación económica en Europa.