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Muchos pacientes con infarto no reciben suficientes estatinas

Reuters

Por Genevra Pittman

Los pacientes que sufren uninfarto cardíaco no reciben los fármacos para bajar elcolesterol de manera intensiva que les salvaría la vida, deacuerdo a un estudio.

Las guías nacionales recomiendan que las personas quesobreviven a un infarto reciban esa terapia farmacológicaintensiva con altas dosis de ciertas estatinas o su combinacióncon ezetimibe (Zetia) para bajar agresivamente el colesterolLDL y elevar el HDL.

Pero los médicos no suelen cumplir esas guías, reveló unestudio sobre más de 65.000 pacientes tratados en hospitales deEstados Unidos.

"Esto es sorprendente", dijo el doctor Gregg Fonarow,cardiólogo de la Escuela de Medicina David Geffen, deUniversity of California, Los Angeles.

Dado que los médicos no están recetando los tratamientosbasados en las evidencias, "hay pacientes que están sufriendoproblemas coronarios que se pueden prevenir", agregó.

El equipo de Fonarow analizó qué medicamentos se les habíarecetado a pacientes hospitalizados por un infarto de miocardio(IM) o angina inestable entre el 2005 y el 2009.

Nueve de cada 10 habían sufrido un IM y todos loshospitales promovían entre su personal el programa Get With TheGuidelines, de American Heart Association.

Pero menos del 40 por ciento de esos pacientes recibían elalta con la terapia con estatinas recomendada; al resto se leindicaba un tratamiento menos intensivo con un solo tipo deestatina y en dosis más bajas que las recomendadas.

Sólo el 50 por ciento de los pacientes con niveles altos deLDL recibían el régimen farmacológico intensivo.

Los resultados aparecen publicados en American HeartJournal.

La mayoría de los autores recibió subsidios de la industriaque produce estatinas o actuaron como consultores.

Fonarow dijo que existen dos motivos para esta realidad.Primero, "las guías incluyen distintas recomendaciones y nonecesariamente aclaran que la terapia intensiva con estatinases el procedimiento de elección", precisó.

Algunos médicos comenzarían con una terapia no tanintensiva con la idea de ver la respuesta e ir ajustando lasdosis, explicó.

Podría ser también que las guías, que se publicaron haceuna década, demoran en instalarse en la práctica. Por eso, elequipo aspira a que "el estudio ser un llamado de atención yse pueda traducir en mejores tratamientos".

El doctor Dennis Ko, cardiólogo de Schulich Heart Centre,de Sunnybrook Health Sciences Center, en Toronto, y que noparticipó del estudio, coincidió en que las guías pueden serconfusas y a los médicos les llevaría tiempo adoptarlas.

FUENTE: Am Heart J, del 2010.

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