El Gobierno chino manifestó hoy su oposición a actos que vayan más allá de las resoluciones de la ONU, en referencia al envío de armas realizado por París a los rebeldes libios.

"Los países deben seguir de forma estricta las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU y no deben tomar ninguna acción que vaya más allá de los límites" de dichas decisiones, expresó hoy el portavoz de turno de la cancillería china, Hong Lei, al ser preguntado por el traspaso de armas francesas a los civiles libios.

"China pide una resolución pacífica entre las partes afectadas por la crisis para restaurar la paz y la estabilidad en Libia lo antes posible", agregó el portavoz chino.

El embajador francés ante la ONU, Gérard Araud, defendió ayer, miércoles, que el envío de armas a los rebeldes libios realizado por su Gobierno cumple con las resoluciones aprobadas por el Consejo de Seguridad sobre el conflicto en Libia.

Su objetivo, aseguró Araud, es proteger a la población civil contra los ataques del régimen de Muamar al Gadafi.

China ha expresado en reiteradas ocasiones sus objeciones a la campaña militar liderada por la OTAN para proteger a los civiles rebeldes contra el coronel Gadafi en el conflicto que vive el país norteafricano desde febrero.

Pekín mantiene una actitud de ambivalencia en el conflicto libio, ya que a principios de mes recibió al enviado especial del Gobierno de Gadafi, Abdul Ati al Obeidi, y unas semanas después a los representantes de la oposición rebelde, el Consejo de Transición Nacional.

Los analistas explican la actitud china por las cuantiosas inversiones que Pekín tiene en los recursos naturales del país norteafricano, valoradas en 18.000 millones de dólares, y en las que trabajaban más 35.000 profesionales chinos antes de que se iniciara el conflicto civil en febrero.

La mayor parte de las inversiones de Pekín en Libia están concentradas en proyectos de ingeniería, telecomunicaciones, inmobiliarias y, sobre todo, energía.