Argentina y Alemania disputarán los cuartos de final del Mundial de Sudáfrica el sábado en un encuentro lleno de rivalidad histórica, tensión y fútbol ofensivo, con las dos selecciones más goleadoras del torneo frente a frente por una plaza entre los cuatro mejores.

Los alemanes decidieron calentar el partido retando a los "albicelestes" y acusándolos de presionar irrespetuosamente a los árbitros, quizá buscando desconcentrar a la invicta escuadra de Diego Armando Maradona, que tiene el mejor balance goleador del torneo con 10 tantos a favor por sólo dos en contra.

"Los sudamericanos son temperamentales. Lo sabemos y veremos cómo reaccionan esta vez ante una derrota", dijo el capitán de la selección alemana, Philipp Lahm, sorprendiendo a la prensa, acostumbrada a las blandas y correctas declaraciones de los futbolistas en este Mundial.

El polémico Maradona no tardó en responder asegurando que sus jugadores se vengarán por la eliminación frente al combinado alemán en la misma instancia cuatro años atrás.

"Los muchachos lo único que están esperando es poder salir a la cancha, poder tener la posibilidad de revancha", afirmó a un canal de su país en alusión a la amarga derrota por penaltis en los cuartos de final del 2006 en Berlín.

Para cumplir su objetivo y volver a disputar una semifinal de la Copa del Mundo tras dos décadas de sinsabores, Maradona tiene a todas sus estrellas a punto y podría volver a alinear al mismo equipo titular que venció a México 3-1 en octavos y con el equema 4-3-3 que reemplazó al original 3-4-3.

El buen rendimiento de los defensa Nicolás Burdisso y Nicolás Otamendi les habría granjeado la titularidad en detrimento del veterano Walter Samuel y el carrilero Jonás Gutiérrez; mientras que Maxi Rodríguez, Javier Mascherano y Angel Di María comandarían el centro del campo con el experimentado Juan Sebastián Verón esperando su turno en el banco de suplentes.

En el ataque Argentina tendrá al tridente ofensivo más en forma del torneo conformado por Lionel Messi, Carlos Tevez y Gonzalo Higuaín, quien con cuatro goles busca ser el máximo anotador de la cita sudafricana.

PUNTOS DEBILES

La rivalidad entre Argentina y Alemania viene de lejos.

Hace 24 años, Argentina se proclamó campeona en la final de México tras derrotar a los alemanes, quienes se desquitaron en el siguiente Mundial arrebatando a Maradona la posibilidad de levantar el trofeo dorado por segunda vez consecutiva.

Alemania, conocida por ser una de las selecciones más sólidas del fútbol internacional, ha agregado a su experimentado equipo un componente novedoso: jugadores jóvenes como el artillero Thomas Müeller y el centrocampista Mesut Ozil que han bajado la edad media del combinado a poco más de 25 años.

Más ofensiva que versiones anteriores, la Alemania de Joachim Löw tiene nueve tantos a favor y dos en contra, conseguidos bajo un clásico sistema 4-4-2, pero mantiene el orden táctico y defensivo con el que se hizo acreedora de tres Mundiales.

Müeller, con tres dianas, ha unido su talento y frescura a la veteranía de jugadores como Lukas Podolski y Miroslav Klose, quien cumplirá 100 partidos con la selección y cuyos dos goles en el torneo confirman su buen estado de forma con 32 años.

Su única baja será el delantero de origen brasileño Cacau, quien se encuentra lesionado.

El técnico alemán probablemente alineará al mismo equipo que ridiculizó a Inglaterra 4-1 en octavos y asegura que encontró puntos débiles en el osado estilo de juego de Maradona, cuyos jugadores son los que más remates al arco realizaron (75), con más peligro para el portero (36) y, hasta la fecha, el que más golea.

"Espero un partido increíblemente igualado, por lo que no podemos permitirnos ningún fallo, ya que tienen muchos jugadores capaces de marcar", explicó el entrenador. "Pero Argentina puede ser herida. Hemos encontrado algunos detalles de su debilidad", aseguró.

El que encontró fallos antes del torneo africano fue el equipo "albiceleste" cuando venció 1-0 a Alemania en un partido amistoso en marzo, victoria que pareció marcar un punto de inflexión respecto a su deprimente fase de clasificación sudamericana que arrojó críticas y dudas sobre su rendimiento y la capacidad de su técnico.

Pero todavía Maradona espera contar con una ventaja más: que el mejor futbolista del mundo recupere su inspiración ante el arco rival y corone su fútbol mágico y preciosista con goles como los que sólo él sabe marcar.

"Ojalá que cambie toda la historia. Sería lindo poder jugar y marcar mi primer gol", deseó Messi.