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Programas comunitarios para reducir riesgo cardíaco son útiles

Reuters

Por Rachael Myers Lowe

Los programas para cuidar elcorazón dan buen resultado y reducen un 1 por ciento el riesgode desarrollar enfermedad cardíaca, reveló una revisión de losprincipales programas comunitarios del mundo.

Ese beneficio parecería pequeño, "pero a nivel poblacionales bastante grande", indicó el coautor del estudio, TomMarshall, de la University of Birmingham, en Inglaterra.

Por cada millón de personas, dijo la autora principal,doctora Mary Pennant, se estima que esos programas lograronprevenir unos 650 infartos cardíacos o cerebrales por año.

Los programas de prevención de la enfermedad cardíaca"demostraron instalar cambios favorables" y deben mantenerseactualizados, concluyó el equipo en American Journal ofEpidemiology.

Aunque esos programas comunitarios existen desde hace 40años, hay pocas revisiones científicas de su utilidad en lareducción de la enfermedad cardíaca, que es la principal causade muerte en Estados Unidos.

El equipo de Marshall analizó 36 programas del mundoorientados a modificar conductas de riesgo asociadas con laenfermedad cardíaca, como el tabaquismo, la mala alimentación,el sedentarismo y el consumo excesivo de alcohol, además de lapresión alta, el colesterol elevado, el sobrepeso/obesidad y ladiabetes.

El equipo calculó los cambios de los factores de riesgo y,en siete de los estudios revisados, la mortalidad antes ydespués de la implementación del programa, versus un grupo depersonas sin participación en ellos (grupo de control).

Aunque los cambios "favorables" en la mortalidad porenfermedad coronaria fueron evidentes, un solo estudio halló"una reducción significativa" y sólo en los hombres. Lamodificación de los factores de riesgo de enfermedad cardíaca"tendió a mostrar un efecto positivo del programa".

Los autores estiman que los programas comunitarios deprevención de la enfermedad cardíaca reducen un 0,65 por cientoel riesgo en 10 años. Es decir que el tratamiento de 154personas durante 10 años ayudaría a reducir un caso deenfermedad cardíaca.

Algunos programas comenzaron a funcionar en los años 70,cuando los peligros del tabaquismo, la obesidad y la malaalimentación no se difundían como hoy. Además, la obesidad noera un problema tan grave como lo es actualmente.

Por lo tanto, esos programas deben actualizarse y "losenfoques revisados deben reevaluarse antes de implementarlosmasivamente", escribió el equipo.

FUENTE: American Journal of Epidemiology, online 28 dejulio del 2010

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