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Prohibición de bebidas dulces en escuelas daría poco resultado

Reuters

Por Amy Norton

Las políticas que eliminanlas bebidas dulces de los colegios secundarios en Maine,Estados Unidos, influyen poco en el consumo adolescente, indicóun nuevo estudio.

Los autores compararon los efectos de la medida en cuatrocolegios que habían eliminado la venta de gaseosas y otrasbebidas dulces en las cafeterías y las máquinas expendedoras yen tres escuelas que no habían aplicado esa medida.

Los investigadores hallaron que, en un año, los alumnos deambos grupos disminuyeron el consumo diario de bebidasazucaradas, pero sin evidencias de que la prohibición escolarde venta de gaseosas promoviera grandes cambios.

La causa se desconoce y el estudio tampoco demuestra queesa prohibición sea una pérdida de tiempo, comentaron losautores.

La responsable del estudio, la doctora Janet E. WhatleyBlum, dijo que no podría concluir que esas políticas escolares"sean ineficaces", según estos resultados.

La experta indicó también que el consumo escolar de bebidasdulces disminuyó; el estudio no logró identificar unadiferencia estadísticamente significativa entre los colegiosque habían prohibido o no la venta de refrescos azucarados.

Para Blum, profesora asociada de la University of SouthernMaine, en Gorham, varias limitaciones del estudio explicaríanlos resultados.

Una es que el seguimiento de los alumnos duró sólo nuevemeses, lo que no sería suficiente para observar efectosimportantes.

Otra es que el equipo incluyó colegios secundariosúnicamente; las mismas políticas en escuelas primarias seríanmás efectivas porque los niños disponen de menos libertad paracomprar golosinas o bebidas.

El estudio, publicado en Journal of Nutrition Education andBehavior, incluyó cuatro escuelas secundarios en Maine quehabían prohibido la venta de bebidas dulces, salvo un colegioque permitía la venta de refrescos deportivos en las máquinasexpendedoras.

Los colegios reemplazaron esas bebidas con leche, agua yjugos de frutas.

Los autores entrevistaron dos veces a 235 estudiantes sobreel consumo diario de bebidas azucaradas: en primavera, antes dela aplicación de la prohibición escolar, y a los nueve meses.La misma encuesta la respondieron 221 estudiantes en colegiosque seguían vendiendo gaseosas y otras bebidas azucaradas.

El estudio reveló que los estudiantes de ambos grupos decolegios disminuyeron de manera similar el consumo de bebidasdulces durante el año escolar.

Según Blum, mantener esas bebidas fuera del alcance de losadolescentes en horario escolar no sería suficiente.

"La escuela es apenas una fuente de bebidas dulces para losjóvenes y se necesita un componente educativo (...) paramodificar el consumo de otras fuentes", dijo la autora.

FUENTE: Journal of Nutrition Education and Behavior,noviembre/diciembre del 2008

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