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Recuperado un mural gótico del martirio de San Sebastián, de Nicolás Francés

EFE

La Fundación del Patrimonio de Castilla y León está a punto de terminar la recuperación un mural del maestro gótico Nicolás Francés, de cuarenta metros cuadrados de superficie, dedicado al martirio de San Sebastián, después de un trabajo de enorme complejidad técnica, por el avanzado deterioro que padecía.

En el siglo XX, este martirio era prácticamente desconocido: un trozo estaba escondido tras un retablo, otra parte había quedado bajo encalados y en algunas zonas las humedades y la propia intemperie había acabado con todo rastro de pintura.

El "milagro" de la recuperación ha llegado meced a los trabajos emprendidos por Fundación y desarrollados por la restauradora Natalia Martínez de Pisón, quien ha trabajado en el proyecto desde el pasado 23 de marzo, en una tarea que terminará en unos días, y que revaloriza la obra de Nicolás Francés en el templó gótico más emblemático español.

Ramón Álvarez Vega, director de la Fundación, declaró a EFE: "el mural es un elemento patrimonial de primer orden; éramos conscientes, por los estudios previos, de las posibilidades de la intervención pero, aún así, el resultado es brillante, y nuestras expectativas se han visto superadas".

El mural consta de tres niveles: el primero, unas arquerías ciegas, con fondo de tono rojizo; el segundo, una logia de aire renacentista que cobija cuatro santos -San Fabián, San Antonio Abad, San Bartolomé y San Antolín- y el tercero, en la parte superior, la escena del martirio de San Sebastián.

Esta última escena había desaparecido prácticamente bajo encalados y humedades, por lo que se temía que fuera imposible desarrollar una labor de recuperación suficiente; pero la obra actual ha deparado una satisfacción a los expertos.

"Se ha conseguido un nivel óptimo para la comprensión de la escena del martirio, tanto por la composición como por el color, según Álvarez Vega.

Para el Director de la Fundación, "tanto el personal técnico de la Fundación como los profesionales se han implicado personalmente, con vocación profunda y gran sensibilidad"

La recuperación de estas pinturas sitúa a Nicolás Francés como un protagonista esencial de la riqueza pictórica del templo, a quien se deben también los murales del claustro, el del trascoro, así como bocetos para paramentos y vidrieras.

Acostumbrado a la pintura de caballete o incluso a sobre papel, el pintor empleó materiales de calidad inusual, para lograr colores como el verde esmeralda, aplicando incluso veladuras al óleo para conseguir una especial intensidad de color.

Para Natalia Martínez de Pisón, la utilización de técnicas de caballete es un problema adicional para la conservación y recuperación de la pintura mural, pero precisamente "la utilización de esos colores brillantes en el recubrimiento del muro da a la obra un atractivo especial".

A punto de acabar la tarea, la restauradora se muestra satisfecha por la recuperación de la lectura de la escena, tarea que planteó serias dificultades entre ellas la eliminación de los revestimientos superpuestos, cales y restos de pintura.

Lo que más le ha impresionado del trabajo es la "frescura del dibujo preparatorio" donde se comprueba la gran calidad de Francés como dibujante

Nicolás Francés es un autor de nacionalidad desconocida, documentado por primera vez en 1434, durante el famoso lance caballeresco de Suero de Quiñones, en el "Passo Honroso", y se sabe que trabajó en pintura de caballete, miniaturas y murales, básicamente en León.

La mayor parte de sus obras, de clara influencia borgoñona, se hallan en la catedral de León, pero también hay trabajos suyos en la Biblioteca de San Isidoro y en el Museo del Prado de Madrid.

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