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Una reforma marcada por la flexibilización del despido

EFE

El abaratamiento del despido o el mayor control sobre los trabajadores y desempleados marcan la nueva reforma laboral aprobada hoy en el Congreso.

Así, después de dos meses de su tramitación, finalmente estos son los aspectos fundamentales del nuevo texto:

En su paso por el Senado se introdujeron varias novedades pero muchas fueron rechazadas ayer por el Congreso. Un cambio significativo es que el desempleo para los trabajadores con contrato en jornada parcial se calculará por horas y no por días como hasta ahora.

En esencia, perdura la liberalización a la hora de despedir, ya que se ha respetado la fórmula pactada por PSOE y PNV que autoriza despidos objetivos (indemnizados con 20 días) si la empresa justifica pérdidas 'actuales o previstas' o la 'disminución persistente del nivel de ingresos'.

La reforma contempla como causa objetiva para despedir la ausencia 'aún justificada' del trabajo en un 20% de las jornadas hábiles durante dos meses consecutivos o cuatro discontinuos en un plazo de 12 meses, salvo excepciones como el embarazo. Para aplicar este supuesto, la empresa tendrá que tener un índice de absentismo medio del 2,5%, en contra de la pretensión del PNV, que quería utilizar esta posibilidad sin restricciones.

El PSOE ha incluido que un parado tenga que aceptar un curso de formación a los 30 días de estar inscrito en el desempleo, so pena de perder el derecho a la prestación. Los sindicatos aseguran no estar muy preocupados con esta novedad porque, dicen, los servicios públicos de empleo apenas ofertan cursos.

No, ya que convivirá con el contrato de 45 días por año trabajado y con los contratos temporales. Las modificaciones del Gobierno amplían los supuestos para utilizar este contrato de Fomento del Empleo a prácticamente todos los colectivos, pero en los dos meses que lleva en funcionamiento apenas se ha utilizado. El Gobierno aduce que los empresarios no han hecho uso de las nuevas posibilidades de la reforma laboral ante la incertidumbre que suponían los nuevos cambios que pudiera introducir el Parlamento. Los sindicatos temen que a partir de ahora haya un efecto de 'sustitución' de los trabajadores con contratos indefinidos ordinarios (45 días) por los de menos protección.

Beneficia a los trabajadores con contratos fijos-discontinuos ya que cuando encadenen tres años continuados en el mismo centro de trabajo pueden pasar a formar parte de la plantilla indefinida. También prevé aumentar la indemnización de los contratos temporales hasta 12 días por año trabajado, algo que no se percibirá hasta 2012, que es el año que contempla la ley para iniciar la subida gradualmente. La intención del Gobierno es que, en unos años, todos los contratos tengan un coste de despido similar y que compense crear empleos indefinidos.

La ley recoge el compromiso formal del Gobierno de presentar un proyecto en 2012 para crear un sistema similar al modelo laboral que rige en Austria y que consiste en que el trabajador se pueda embolsar la indemnización por despido si decide dejar el trabajo para formarse o por razones de movilidad geográfica. Las indemnizaciones irán a cuentas individuales de cada trabajador.

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