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El Reina Sofía aspira a revolucionar la museística del siglo XXI

Reuters

Por Blanca Rodríguez

El Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (MNCARS), casa del "Guernica" de Picasso y buque insignia del arte contemporáneo en España, lleva meses preparándose para dar el gran salto y ser en el siglo XXI lo que el MoMA de Nueva York representó en el XX.

Su director, Manuel Borja-Villel, que inició este ambicioso proyecto cuando asumió el cargo a principios de 2008, cree que el "modelo colonialista" del gran museo neoyorquino está desfasado, y ahora se necesita un referente que entienda el arte no con un sentido de la propiedad, sino de custodia.

"Este año se han sentado las bases para constituir el Gran Museo del siglo XXI", declaró esta semana Borja-Villel en un encuentro con periodistas, en el que explicó que está superado el modelo del museo como un parque temático o como una reunión de las musas y hay que empezar a "trabajar en red".

Para ello, está promoviendo la creación de un archivo universal en el que participen centros de arte de todo el mundo. Y es que el director del MNCARS cree que el museo del siglo XXI será un archivo básicamente digital.

"Hoy en día ya no tiene sentido esta gran colección enciclopédica, procedente de la historia colonial. Ya no hay países que dejen sacar sus tesoros", declaró.

La idea es crear una especie de federación de custodios, museos donde la obra no es del centro y donde se establece una visión multilateral, donde todos tienen voz.

La misión prioritaria del Reina Sofía será extender esta red a América Latina, donde está llevando a cabo un proyecto de localización y consolidación de archivos documentales procedentes de las vanguardias artísticas a partir de los 60.

MUSEO COMO UNA CIUDAD

Borja-Villel fue el primer gestor del museo elegido a partir de un concurso, al margen de cargos políticos, tras una tormentosa historia de nombramientos que ha impedido una continuidad de proyecto en el MNCARS.

Tras este año de transición, prevé que en 2010 se empiece a ver de verdad su mano en el museo, que él quiere que se entienda como una ciudad, donde todos los días pase algo y tengan cabida todas las artes, desde el cine a la fotografía o las performances, pensando "en transversal, como es la vida".

Para ello cuenta no sólo con el edificio central de Sabatini del siglo XVIII o el de Nouvel inaugurado en 2005, sino con el Palacio de Velázquez y el Palacio de Cristal del Parque de El Retiro de Madrid, así con la Abadía del Monasterio de Santo Domingo de Silos en Burgos, que también acogen exposiciones temporales.

El cambio que pretende dar su director al MNCARS no es sólo conceptual, sino también físico, ya que para el próximo año prevé realizar reformas para ganar 4.500 m2 de espacio y en primavera habrá una gran presentación de la colección permanente, replanteándola de nuevo, algo que no se hace desde hace más de 10 años.

Ante la evidencia de que las exposiciones temporales programadas en el museo son minoritarias, y es difícil que se formen colas para ver una exhibición de una pionera del arte feminista como Nancy Spero, Borja-Villel responde con cifras: en 2007 hubo 1,4 millones de visitantes, y el museo espera cerrar 2008 con casi 2 millones de visitantes.

"La sociedad no es una gran mayoría, sino la suma de múltiples minorías", declaró.

Respecto al hecho de que todo el proyecto emerja en plena crisis económica mundial, Borja-Villel esbozó una sonrisa y recordó que el MoMA se creó en 1929.

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