Público
Público

Salgado asegura que las tensiones de la deuda tienen un efecto "marginal"

El colchón del Gobierno por los menores intereses pagados respecto a lo previsto se situará entre 3.200 y 3.400 millones de euros. Alemania se enroca en su negativa a una mayor participación del BCE en el mercado

ANA FLORES / P. BAELO

Una llamada a la tranquilidad. Mientras se oye a gente en la calle hablar de la prima de riesgo; con el candidato del Partido Popular, Mariano Rajoy, suplicando a los mercados media hora de margen para tomar medidas si gana las elecciones; con los medios de comunicación dispersando gráficos en rojo que recogen un ascenso imparable de algo muy malo y la congoja haciéndose común, la vicepresidenta económica, Elena Salgado, salió ayer a asegurar que 'no hay ninguna preocupación respecto a la sostenibilidad de nuestra deuda' y que el rescate no está 'ni en la imaginación del Gobierno'.

'Llevamos semanas, meses con tensiones en el mercado de deuda', empezó su intervención Salgado. 'En los últimos días, esa tensión se ha agudizado y extendido, llegando a afectar a 12 de los 17 países de la zona del euro. La prima de riesgo (diferencia entre la rentabilidad que se exige al bono español a diez años y su homólogo alemán) está en el entorno de los 500 puntos básicos (cinco puntos porcentuales), cuando hace dos semanas estaba en 380', añadió.

¿Es para preocuparse tanto? Según Salgado, no. Lo que está ocurriendo no está llevando a un encarecimiento insostenible de la financiación. De hecho, la mitad de la distancia generada estas semanas respecto al bund germano se debe a que a este se le pide cada vez menos rentabilidad (o sea, Alemania se beneficia de las turbulencias).

La ministra pide al BCE que actúe 'con potencia' para calmar la tensión

La otra mitad se debe a 'un aumento de los intereses que se exigen a España' pero por 'contagio'. Un mal de muchos que ha provocado 'los 150 puntos que se han exigido más a Italia en una semana sin que hayan cambiado los fundamentales de su economía, o los 200 puntos de prima que alcanzaba ayer Francia, un nivel que España tenía en 2010'. Ahora, la tensión en el mercado 'es un problema del conjunto de la zona del euro y las soluciones tienen que venir de forma coordinada entre países e instituciones europeas'.

Para apuntalar el deseo de restar importancia a la prima, Salgado compareció armada con un gráfico que mostraba el lío montado por las agencias Bloomberg y Reuters, que se equivocaron de bono de referencia provocando que el diferencial español superase aparentemente al italiano, cosa que Salgado aseguró que no llegó a ocurrir en ningún momento. La comparativa que sirve, según Salgado, es 'la carga de intereses de la deuda respecto al PIB', que en el caso de 'España sigue siendo de las más bajas de Europa', así como que 'los niveles de deuda seguirán 20 puntos por debajo de la media' a pesar de las turbulencias.

Al margen de gráficos y primas, y de que toda Europa menos Alemania lo esté pasando mal en el mercado, las tensiones tienen un coste real para los bolsillos de los españoles, que pagan los intereses de las subastas del Tesoro, afectadas por dichas tensiones.

El Gobierno mantiene el objetivo de déficit en el 6% para este año

¿Esto tampoco es grave? Los intereses que se han exigido en las emisiones realizadas esta semana de letras y bonos han estado en niveles de 1997, cuando no había ni euro. Según Salgado, esto 'le afecta de momento a España de forma marginal'. España paga un interés medio por su deuda del 4%, siendo el mínimo histórico del 3,5%. 'La duración media de los títulos es de 6,7 años, que es el plazo que sería necesario para alcanzar una situación preocupante' si siguen las tensiones. Además, 'sigue habiendo demanda significativa', lo que da tranquilidad para refinanciar los títulos que van venciendo, señaló Salgado, que añadió que 'ya se ha emitido el 89% de lo previsto para 2011'.

Y para quienes se empeñen en verlo todo negro, el Gobierno fue tan 'extremadamente prudente' en sus cálculos sobre lo que se iba a pagar este año por intereses de la deuda, que le van a sobrar 'entre 3.200 y 3.400 millones' respecto a lo previsto (eran 2.000 hace unas semanas). Esa cantidad servirá de colchón para el posible incumplimiento de los compromisos de déficit por parte de algunas comunidades autónomas. Un objetivo (déficit del 6% sobre PIB) que se cumplirá en el conjunto de las administraciones públicas a pesar de que el Ejecutivo ya admite que la previsión de crecimiento de la economía está ahora en el 0,8% frente al 1,3% previsto inicialmente.

La tranquilidad de la ministra, que aseguró que la zona del euro ya ha tomado la decisión de hacer 'más Europa' y eso es bueno, no llegó a tanto como para no abogar por que 'el Banco Central Europeo (BCE) siga activo en su programa de compra de deuda pública, con potencia y actuaciones suficientes como para moderar las tensiones'. No está sola en la petición. Para multitud de expertos, sólo existe esa solución. Pero como en otras cosas, Alemania, la locomotora europea, no parece estar por la labor. El ministro de Finanzas germano, Wolfgang Schäuble, insistió en que 'no puede ser que al final tenga que asumir la tarea el BCE'. En esa línea, Wolfgang Franz, jefe del Comité de Sabios, apuntó al diario Ruhr Nachrichten que 'se trata de un pecado capital que un banco central, al asumir su deuda, pase a tener cierta dependencia de un Estado (en referencia a Italia)'. Para el presidente del Bundesbank, Jens Weidmann, la independencia del BCE es 'imprescindible para el futuro exitoso del euro'.

Por alusiones, el miembro español del consejo ejecutivo del BCE, José Manuel González-Parámo, dijo que los problemas de deuda de España e Italia 'son suyos', y recalcó que la función del BCE 'no es ser prestamista en última instancia de los gobiernos'. Mientras, el portavoz económico del Ejecutivo comunitario, Amadeu Altafaj, aseguró que las instituciones comunitarias están 'ayudando activamente' a España en esta crisis, aunque 'lo más importante' es que el país 'se ayude a sí mismo'.

El presidente del BCE, Mario Draghi, urgió a los estados miembros a implementar ya las decisiones adoptadas a finales de octubre y sugirió que la mejor estrategia ante el ataque es utilizar el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera para comprar deuda. Frente a este rechazo público, el BCE se veía obligado a intervenir ayer de nuevo en los mercados para comprar títulos españoles e italianos. Según el rotativo Frankfurter Allgemeinen Zeitung, el BCE habría acordado un límite semanal de 20.000 millones, cifra que se mantiene 'en secreto' para no incentivar las especulaciones.

Por otro lado, la canciller alemana, Ángela Merkel, y su homólogo británico, David Cameron, se reunieron ayer en Berlín y fueron tan contundentes asegurando su cercanía como alejados en sus posturas: ni tasa a las transacciones financieras para frenar la especulación ni homogeneización fiscal en Europa.

¿Te ha resultado interesante esta noticia?

Más noticias