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La solidaridad,en la cesta de compra y en los regalos familiares y de empresa

EFE

Los españoles están incorporando en la cesta de la compra productos de comercio justo y eligen con mayor frecuencia, para los regalos de cumpleaños o bodas, algunas de estas propuestas solidarias, pero el gran empujón lo están dando las empresas en sus obsequios a clientes y trabajadores.

Unas 300.000 personas compran de forma habitual productos como el café, el azúcar o el chocolate de comercio justo, que se pueden adquirir en grandes superficies o en tiendas de ONG, según ha explicado a Efe el director de Comercio Justo de Intermón Oxfam, Rafael Sanchís.

"Hemos hecho una apuesta estratégica por impulsar líneas de productos de consumo frecuente, para que no se convierta en un gesto ocasional, de un regalo en Navidad, sino que los ciudadanos los incorporen en su compra semanal, buscando niveles de calidad buenos, pero con precios lo más ajustados posible", explica el responsable de esta ONG, que lidera este sector.

Intermón Oxfam abrió sus primeras seis tiendas en 1994 -con 6 contratados y 15 voluntarios- y ahora tiene 46 -en las que trabajan 62 contratados y más de mil voluntarios- con las que consiguió una facturación de 7,5 millones de euros, el 75 por ciento del total de volumen de comercio justo, señala.

Los últimos en incorporarse al comercio solidario han sido las empresas, ayuntamientos y otras entidades eligiendo para sus "regalos institucionales" cestas de productos de comercio justo o cualquier regalo otro regalo solidario.

También desde UNICEF, que empezó hace 50 años vendiendo tarjetas de navidad, destacan la importancia de estos clientes, que eligen productos de papelería, velas o complementos para regalar a sus empleados.

En las tiendas solidarias, la mayoría en internet, se pueden conseguir bisutería, camisetas, muñecos, sudaderas, tazas o gorras con una misión humanitaria, que se ofrecen como una alternativa comercial que busca una mayor justicia y dignidad en las relaciones de compra y venta entre productores, comerciantes y consumidores.

Pero, además, la venta de estos productos, "con un beneficio en la mayoría de las ONG simbólico", sirve para difundir el mensaje, asegura, Pablo Pascual, responsable de recursos de Amnistía Internacional, que obtiene una facturación de unos 180.000 euros al año.

"Queremos hacer posible el mensaje de Amnistía, porque una persona que lleve un boli o una camiseta con el lema de una de nuestras campañas llega a sitios a los que no lo haríamos de otra forma", dice Pascual, quien señala a las mujeres, de entre 30 a 55 años, como las principales clientas.

Las compras se concentran entre octubre y diciembre, explica el responsable de esta organización, que entre sus objetivos se ha planteado desestacionalizar las ventas.

También concentran sus ventas en esas fechas los Bomberos sin Fronteras, ya que, como explica Enrique Fernández, el forro polar es su producto estrella.

Los ingresos "son mínimos, pero mantenemos la tienda porque nos lo pide la gente", reconoce Fernández, quien explica que los principales clientes son bomberos de toda España, "para colaborar", pero también el público general, que adquieren prendas "para uso personal, porque el precio es bastante ajustado".

"Es un empujoncito, un pequeño aporte para nuestros proyectos", centrados en las actuaciones de emergencia en cualquier país y en proyectos de distribución de agua potable y saneamiento, sobre todo en Perú, y una "rampa para darnos a conocer".

Desde SETEM, la federación de ONG de solidaridad internacional, Ana Carrascosa destaca que cuando alguien se plantea hacer un regalo "cada vez es más habitual que eche un vistazo a las tiendas de comercio justo o de compra solidaria", explica, porque "hay regalos de todos los precios y gran variedad".

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