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El Sónar sopla las velas de sus 18 años sin concesiones a oídos complacientes

EFE

Cuando un festival cumple 18 ediciones el titular es claro: "mayoría de edad". El Sónar, que este año llega a ese hito, hace tiempo que se convirtió en adulto, un niño precoz que hoy se ha permitido, en la primera jornada de esta efeméride, ofrecer un programa con pocas concesiones a los oídos más vagos.

A la espera de los grandes nombres que llegarán con el fin de semana -tanto al Sónar Barcelona, como a su sede bicéfala en A Coruña- el programa, con más de 150 actuaciones de 22 países (del 16 al 19 de junio) y en busca de "periferias sonoras" renovadoras, ha presentado en su jornada inaugural un menú selecto para aquellos que no busquen recetas sencillas.

En este campo se ha movido Nicolas Jaar, el estadounidense de origen chileno -algo que se nota en sus trabajos- a quien su "Space is only noise" ha situado con todo reconocimiento en el voluble mapa de la electrónica de baile.

Sonidos crujientes, donde los aires latinos se cruzan con el soul y posos jazz, acompañados por momentos por batería/guitarra/saxo, y tamizado por una elegancia melancólica, pero a la vez muy bailable. La expectación era tanta que mucha gente se ha quedado sin poder entrar en la catacumba del "Sonar Hall" para ver uno de los conciertos del día.

En el Village, otro de los cuatro escenarios de esta primera jornada diurna del Sónar 2011 -en los espacios tradicionalmente habilitados en el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona y el MACBA- se ha presentado Toro i Moi, intrigante nombre tras el que se esconde Chazwick Bundick, representante de la corriente Chillwave.

Además de los locales Ragul, Niño o Pai Mei, en las primeras horas del cartel ha destacado la presencia del inclasificable mexicano AEIOU, que ha obviado la discreción, con una puesta en escena teatral en su rompecabezas de folk, rock y electrónica.

Más asimilables, para todos aquellos que querían disfrutar bailando, ha sido la elegante entrega house de Floating points y poco más tarde, en el mismo escenario del Village, la del cuarteto sueco "Little dragon", encabezado por Yukimi Nagano.

En el otro extremo de la galaxia musical, el experimental norteamericano Tyondai Braxton (ex Battles), ha comenzado su concierto construyendo una locomotora secuencial de difícil trago, a no ser que uno sea aficionado al más radical pogo industrial, y que ha hecho que muchos se batieran en retirada.

En esta misma liga bizarra, jugaban los japoneses de "Open Reel Ensemble", un quinteto cuya obsesión musical son las interferencias sonoras que bovinas magnéticas provocan en sus composiciones digitales, y que luego suelen romper con furia.

Poca suerte ha tenido el trío alemán The Brandt Frauer Frick, cuyo techno de orquesta de cámara se ha diluido en el escenario Dôme, donde los recovecos tenebrosos de su "Teufelsleiter" se han perdido ante una audiencia sudorosa que pedía otra cosa.

El calor -"dicen que en el Sónar siempre hace buen tiempo", apunta un habitual- ha sido uno de los protagonistas de la jornada inaugural, que sirve para que el público se haya ido ubicando, y disfrutar mientras tanto de algunas de las exposiciones del programa y que incluye, por ejemplo, la muestra "Other mirrors", dedicada al mundo del retrato. Añejos fotomatones, rostros hechos con leds, o perfiles de figuras humanas confeccionadas por los tiros de un arma, son algunos de los acercamientos, digitales y dulcemente analógicos. También hoy se ha dado el pistoletazo de salida al Music Hack Day, una actividad incluida en el programa del SónarPro, en colaboración con el Music Technology Group de la Universidad Pompeu Fabra en la que un grupo de 60 hackers de todo el mundo, acompañados por diez artistas tendrán 24 hora para desarrollar nuevas aplicaciones musicales.

Para mañana y pasado, cuando el Sónar no sólo contará ya con dos sedes, sino que también ofrecerá un programa de actuaciones diurnas y nocturnas (tanto en Barcelona, en Fira Gran Vía 2, como en A Coruña) están previstas los conciertos y sesiones, entre otros, de The Human League, James Murphy, Aphex Twin, Underworld, Janelle Monae, Four Tet, Apparat, y los esperados Die Antwoord, reyes del macarreo poligonero sudafricano.

Sergio Andreu

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