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El talonario se impone

Un gol de Van Nistelrooy y otra exhibición de Casillas dieron los tres puntos al Madrid en un partido vibrante. 

LADISLAO JAVIER MOÑINO

Caparrós toco a rebato con esa comparación de modelos en la previa: dinero contra el romanticismo de jugar con los chicos de la tierra. Así que San Mamés transmitió esas sensaciones que lo convierten en un santuario. La grada convencida de que donde nos llegan los suyos con el fútbol llegan con la raza, con la identificación con una manera de entender un club y el juego. Inundando la atmósfera con ese Athletic, Athletic agudo que tantos rivales ha doblado.

Caparrós supo tocar la tecla para crear el clima ideal de ese fútbol vertiginoso y honrado que enciende a La Catedral. El propio técnico del Athletic también jugó a ese papel. No se sentó en el banquillo y no paró de jalear a sus jugadores; los sentimientos se dirigen viviéndolos. Al otro lado Schuster permanecía impasible; el fútbol de talonario es más reposado. Para paladearlo, si es que aparece.

Con esas condiciones el juego fue un vaivén continuo que fue generando protagonistas. El primero Casillas. Un mal despeje de sobrao de Cannavaro le dejó con Iraola cara a cara. Al fino diestro del Athletic se le apareció la sexta dimensión del portero que intimida; esa que cubre muchos huecos con el prestigio. Así que Iraola estrelló el remate en el cuerpo de Casillas, achicado, obtuso y torpe por tener delante al mejor portero del mundo.

Otro que chocó con esa condición de Casillas fue Llorente. Cazó un centro combado de Yeste y giró el cuello en el punto de penalti con las peores intenciones. Casillas tiró de su poderoso tren inferior y de reflejos para volver a silenciar San Mamés de raíz. En el segundo tiempo tuvo otra y más de lo mismo. Sacó un tiro cruzado raso, de esos que revientan las costillas de los porteros

Emergió Pepe

A ese fútbol vertiginoso propulsado por la zurda exquisita de Yeste tuvo que responder Pepe por arriba y por abajo. No vale 30 millones de euros, como ningún central, pero cuando mide bien los tiempos gana las anticipaciones con solvencia. También es muy rápido y agresivo para rebañar el balón cuando le encaran. Otro personaje del partido.También ese juego de ida y vuelta eleva a Robinho. Le sufrió Ustaritz la primera media hora y Caparrós tuvo que cambiarle para evitar la sangría por su banda. También el escenario le acompañaba.

Los grandes jugadores suelen encontrar su karma en La Catedral, que reconoce a los futbolistas distintos. Se gustán allí y Robinho no fue menos. Abusó alguna vez de las bicicletas, pero dejó algunas perlas memorables. Una de ellas la finalizó con un remate al palo desde la frontal del área. Antes, Van Nistelrooy explicó la diferencia entre el fútbol de los euros y el del escudo. El holandés no había olido un balón y el primero que cazó atravesó a Aranzubía; otra diferencia. Esta vez de calidad porque Casillas también es canterano.Con el marcador a favor el Madrid siguió a todo trapo. Parece que es la apuesta definitiva, jueguen Sneijder, Baptista, Diarra, Gago o Guti. No quiere ponerle freno a los partidos, dotarlos de un tempo más pausado. Muere jugando a los dos porterías porque confía en su pegada y en su portero. Talonario y cantera.

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