Público
Público

Localizados de la mano de Google

La compañía lanza un sistema gratuito que permite ubicar mediante el móvil a los usuarios que den su consentimiento. 'Es una aplicación desarrollada para adultos, no para niños', dicen desde la compañ

BLANCA SALVATIERRA

'Sabemos que la información sobre dónde se encuentran los usuarios es muy delicada', comentaba ayer el director del área de móviles de Google, Hugo Barra, durante la presentación de Latitude, una nueva aplicación de Google Maps para móviles que permite a los usuarios localizar dónde se encuentran sus contactos.

Se adelanta así a las críticas que dudan sobre el uso que Google realiza de la información que almacena de los usuarios y que llevó a la Agencia Española de Protección de Datos a reunirse con la compañía para aclarar este tema.

Latitude tiene una precisión variable, en función de si la localización se realiza mediante GPS, antenas de telefonía móvil o redes WiFi. Los usuarios que optan por agregar esta funcionalidad al sistema de mapas de Google aceptan que van a mostrar su localización a quién ellos deseen, pudiendo cambiar esas preferencias en cualquier momento, según la compañía.

Aunque alguien haya configurado que su localización esté disponible para todos sus conocidos, en las opciones de privacidad es posible detallar que se quiere ocultar esa posición a una persona en un momento concreto, a todos los contactos o cambiar la ubicación manualmente. 'Es una aplicación desarrollada para adultos, no para niños', especifica Barra cuando se le pregunta por la utilización del sistema como fórmula de control parental.

Mientras Telefónica y su servicio Localízame sí se orienta a la ubicación de menores o personas con discapacidad, también con autorización previa, la aplicación de Latitude es más lúdica. El abogado especializado en nuevas tecnologías Carlos Sánchez Almeida expresa sus dudas sobre los posibles riesgos del uso que realizan los menores de este tipo de programas: 'Habría que preguntarse si los menores pueden responsabilizarse de a quién facilitan sus datos y la utilización que terceros pueden llegar a hacer de los mismos', añade.

El sistema de Google funciona en buena parte de los teléfonos avanzados, y la compañía ha detallado que ya está adaptando el sistema para ordenadores, de forma que también se pueda localizar a alguien mediante su portátil.

Diferentes agencias encargadas de proteger la intimidad en la Red se han enfrentado a Google por el tiempo que almacena los datos personales de sus usuarios, así como por la información que recolecta sobre los hábitos de navegación. Barra detalló ayer que la compañía no almacena un histórico de la información generada con Latitude y que sólo guarda la última posición.

Google Vídeo no es la única responsable de las imágenes que publica, sino también los ejecutivos que forman parte del proyecto, entre los que destaca el responsable de privacidad de Google en Europa, Peter Fleischer. Eso es lo que pretende demostrar un tribunal de Milán en el juicio que se inició ayer contra cuatro directivos de la compañía acusándoles de difamación y violación de la intimidad.

La polémica se remonta a 2006, cuando un joven colgó unas imágenes en Google Vídeo Italia en las que se veía cómo cuatro personas maltrataban a un joven de 17 años con síndrome de Down.

Los fiscales del caso sostienen que los cuatro procesados “tenían el deber jurídico de impedir que se colgase el vídeo”, mientras responsables de la compañía argumentan que el vídeo se retiró cuando se tuvo conocimiento de su existencia. Dos meses después de que las imágenes apareciesen en Google Vídeo, las autoridades italianas pidieron que se retirase, algo que la compañía realizó a las 24 horas.

El abogado Carlos Sánchez Almeida, basándose en la legislación vigente, sostiene que no se puede responsabilizar a Google de los vídeos que cuelgan los usuarios. “Cuando se suben imágenes mediante un sistema informatizado, la compañía no puede saber si el vídeo es lícito o no hasta que alguien no denuncia su contenido”. Almeida, basándose en la directiva 2000/31 CE, añade que la responsabilidad de la compañía o sus ejecutivos sólo podría establecerse si alguno de ellos se hubiera negado a eliminar el contenido.

¿Te ha resultado interesante esta noticia?

Más noticias