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"Internet es el futuro del cine independiente"

Roger Corman, cineasta. Productor de 500 películas, creador de otras 50 y padrino del ‘Nuevo Hollywood', visita Sitges para dejar claro que aún no lo deja

RUBÉN ROMERO

A sus 84 años, Roger Corman (Detroit, 1926), el gran estajanovista de la serie B, sigue trabajando. Está en Sitges para presentar su última producción, Shark-topus, con un argumento y una factura típicamente cormaniana: unos científicos crean una aterradora criatura mitad tiburón-mitad pulpo (de ahí el título) en la Ciudad de las Artes y de las Ciencias de Valencia (no es que se rodara allí, es que les 'gustaba la localización y el montador cogió un par de planos del lugar y los incluyó'). A Corman se le suele asociar con el cine más cutre y facilón, con el autor del imprescindible manual Cómo hice cien films en Hollywood y nunca perdí un céntimo (Laertes), como el tipo capaz de rodar en dos días y una noche un clásico como La pequeña tienda de los horrores (1960)... pero es mucho más. Probablemente, el cineasta vivo más influyente del mundo. Esto, que puede sonar a boutade, tiene su justificación: cuando en las universidades se estudia la producción internacional y eso que se llama cine transnacional, aparece Corman y sus trabajos en Argentina o Filipinas; cuando se estudian conceptos posmodernos como la cita, el sampleado o el found footage, otra vez nos encontramos a Corman y su manera de destrozar y reutilizar viejas películas soviéticas. Si leemos sobre el género, nadie mejor que él para hablar del terror gótico (su serie de Poe), el musical (La pequeña tienda) o el cine de carretera (Los Ángeles del Infierno, 1966). Y, por último, si queremos conocer los inicios de unos señores llamados Francis Ford Coppola, Jack Nicholson y Jonathan Demme, de nuevo figurará su nombre como el primero que les dio trabajo. Él afirma con modestia: 'Creo que sólo soy uno más de los muchos pioneros de Hollywood'.

Le dieron el Óscar honorífico a usted el pasado año y a Jean-Luc Godard se lo darán el próximo Vaya pareja, ¿no?

Sí, precisamente por eso jamás pensé que alguien que hace películas como yo lo fuera a ganar.

¿No? Yo pensaba que se lo darían antes, teniendo en cuenta que durante su dilatada carrera ha trabajado con la mitad de los miembros de la Academia de Cine de Hollywood

'El cine es así: cada día parece estallar una crisis y cada día de rodaje es una crisis'

Seguro que eso tuvo algo que ver [risas].

Usted ha vivido desde el cine la crisis de la televisión, la del derrumbe de los grandes estudios, ahora la de internet

El cine es así: cada día parece estallar una crisis y cada día de rodaje es una crisis.

¿Está internet acabando con el cine?

El cine seguirá existiendo porque la gente quiere seguir saliendo fuera de casa, pero internet va a ser más poderosa que la televisión y el cine. Ahora bien, son los jefes de los estudios los que han cambiado. Antes eran unos dictadores, pero les gustaba hacer películas; ahora son ejecutivos de grandes compañías y lo que les gusta es hacer dinero.

¿Consecuencias?

Las historias son menos sutiles. Yo lo resumiría así: si una película en la que le cortan la muñeca a un tipo tiene éxito, en la siguiente la amputación llegará al codo, y en la próxima, al hombro... Así sucesivamente hasta que ya no haya nada que cortar.

¿Se vivía mejor en la época de los autocines?

En cierto modo. Creo que el cine tiene que adaptarse a internet y que, cuando lo haga, será un mercado enorme para las producciones independientes. Internet es el futuro del cine independiente.

¿Por qué todo el mundo le pregunta siempre por sus seis adaptaciones de Poe y no por otras películas seminales, como fue su aportación al cine de carretera o el musical?

Nunca quise hacer tantas películas basadas en Poe. Lo que pasa es que la primera dio dinero, y la segunda también, y la tercera Los Ángeles del Infierno (1966) era demasiado realista y a la gente le gusta menos recordar la realidad que la ficción. La pequeña tienda (1960) tenía demasiado humor para tomársela en serio

¿Cuál es el problema con el humor?

Ninguno. Siempre digo que hay que poner humor en todo, porque si no les das al espectador algo de lo que reírse, se reirá de algo de lo que no quieres que se ría.

¿Y el horror?

Horror, humor y sexo son una misma cosa. Construyes un suspense cinematográfico para que en el punto álgido, si es una escena de humor, la gente ría; si es de horror, la gente grite; y si es de sexo pues haga las dos cosas o vaya usted a saber

¿Por qué decidió embarcarse en proyectos internacionales?

Me encanta viajar, como a todo el mundo. Lo bueno del cine es que hay grandes equipos en todos los países.

También hay grandes películas. ¡Usted ha usado muchas de ellas!

Sólo lo he hecho para dar un aspecto lujoso a filmes que no se lo podían permitir por presupuesto.

Su nombre aparece en más de 350 títulos de crédito de otras tantas películas. ¿Cuáles son sus favoritas?

El hombre con rayos X en los ojos (1963), La máscara de la muerte roja (1964) y The Intruder (1962), una historia de conflictos raciales que fue la primera película con la que perdí dinero Aunque la crítica de The New York Times fue excelente.

Se deshace en elogios hacia James Cameron

¡Es que es tan bueno en lo que hace! Ama las historias que cuenta por encima de los efectos especiales que emplea. Además, Jim es un tipo que adora el riesgo, algo que falta hoy en día en el negocio.

¿Qué habría hecho usted con el presupuesto de Avatar'? ¡Tendría para rodar dos veces toda su filmografía!

[Risas]. Bueno, cada uno tiene una manera de trabajar y lo que hace Jim es excelente.

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