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España cambia de dueños

ALFREDO VARONA

Sólo faltan 99 días días para el Mundial, pero da la sensación de que esta noche se inicia un nuevo ciclo para España (22.00 horas, Vicente Calderón). Frente a un enemigo famoso como Italia, Del Bosque acepta que algo hay que cambiar para seguir siendo los mejores. Ahora, ya no se trata de sobrevivir, sino de buscar lo que no hay. Ha llegado ese momento en el que no existe decisión fácil, en el que empieza a ser incómodo ponerse en la piel de un puesto tan cómodo como el de seleccionador.

Del Bosque propone un cambio de poderes, una nueva saga de personajes, Thiago Alcantara (1991) y Diego Costa (1987), con genética brasileña. En otra época hubiera sido impensable, pero hoy, en plena aldea global, se admite como una necesidad. Quizá como la mejor posibilidad que nos queda para volver a llegar tan lejos. Así que no hay tiempo que perder para comprobar si Thiago puede ser el mediocentro de la selección y Diego Costa el delantero centro. El juicio comienza esta noche. La expectación despierta el corazón: no se sabe si esta decisión renueva o despersonaliza a una selección que en estos cuatro años no se imaginó sin Xavi e Iniesta. Tampoco con un futbolista de los modales de Diego Costa. Pero así son los nuevos tiempos.

De entrada, Thiago y Costa son dos futbolistas que pertenecen a universos distintos. Una combinación contradictoria como casi todas las que fueron fabulosas. Thiago es el orden, el 'kaiser' de Guardiola en Münich. A su alrededor, existe todo el consenso y no se ve a nadie como él para igualar o mejorar a Xavi. Diego Costa, sin embargo, parte de una vida más desobediente. Tiene cuatro años más y una biografía de pelea. Hasta llegar al Atlético, jugaba en lugares remotos, donde le pasaba como a Vito Corleone. Hizo tantos amigos como enemigos. Por eso ahora existe esa desconfianza intelectual hacia un futbolista con su pasado.

Pero, por encima de la duda, Del Bosque se protege a sí mismo y apuesta por su propio interés. Al lado de Diego Costa, el entrenador aspira a resolver el martirio que le ha creado en estos últimos cuatro años la figura del 'nueve'. Una pena que jamás ocultó. Ha llegado hasta a responsabilizarse ('a lo mejor, ha sido culpa nuestra'), pero la realidad no tiene remedio. Del Bosque ganó la Eurocopa 2012 con Cesc de delantero centro, la época del falso nueve. Desde los seis goles que hizo Villa en el Mundial de Sudáfrica, no ha encontrado ningún delantero con esa capacidad. Por eso mismo hay decisiones que hay que tomar ahora, no después; demorarlas es imposible.

La noche de hoy, sin Fernando Torres ni Villa, parece una clausura al pasado y una prueba más de que Soldado, Michu o Llorente no serán sus herederos. Ahora mismo, da la sensación de que sólo Negredo puede hacer sombra a Diego Costa. Pero Negredo sabe que la prioridad es Costa, un delantero con más hambre que 'El Lute' que llega para solucionar lo que no funciona en la selección. Del Bosque le ha dedicado toda su amabilidad. Enestos días le ha tratado como a un hijo ('Diego tiene cara de bueno') y jamás participó en ese debate callejero acerca de la educación futbolística del delantero. 'Espero que Diego que no cambie ese espíritu que tiene para jugar al fútbol'.

'Espero que Diego que no cambie ese espíritu que tiene para jugar al fútbol'

La respuesta pasa ahora a los pies del delantero, que debuta esta noche en un partido extraño. El resultado, en realidad, es lo de menos, pero ya nadie puede malgastar el tiempo. Comienza un nuevo ciclo, una nueva alineación en la que cada día queda alguno menos de los que ganaron en Sudáfrica. Una dolorosa verdad de la que ayer desapareció totalmente Puyol, el tiburón, absolutamente fiel a lo que escribo en su biografía: 'Prefiero aguantar un año dándolo todo que cuatro dosificando'.

Aun hay gente que se mantiene contra viento y marea como Casillas e, incluso, Xavi que a los 34 años se apoya en el ejemplo de Pirlo (35) en Italia. Pero da la sensación de que en el futuro, a diferencia del pasado, ya no serán el libro de cabecera. Del Bosque necesita tomar decisiones para dormir tranquilo: 'Si no te renuevas, te mueres'. Y, a estas alturas, ya no se trata de morir de éxito como le pasó a la Francia de Zidane tras ganar el Mundial 1998 o a la Italia de Del Piero tras vencer en Alemania 2006. El pasado, oyes, sirve de ejemplo. Hay que buscar nuevas voces para posicionarse en el Mundial. Del Bosque ha elegido a Diego Costa que, como Clint Eastwood en 'Harry, el fuerte' llega con el revolver más potente del mundo, y a Thiago Alcantara, que lo hace sin debilidades. En realidad, son dos futbolistas que en estos últimos meses se han portado como los reyes del mundo.

Ahora, hace falta saber qué pasará en España y si de aquí al 12 de junio, cuando comienza el Mundial, no hace falta alguno más como, por ejemplo, Jese. Mientras tanto, no está de más recordar que no es lo mismo ser jugador de club que de selección. Una bella pelea que para Thiago y Diego comienza esta noche.

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