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Fainé prepara un giro en el modelo de las cajas de ahorros

El favorito para presidir la CECA apoyará la entrada de capital privado con voto, acelerará el plan de fusiones y fortalecerá la organización

ANA TUDELA

El sistema financiero está en plena metamorfosis y las cajas de ahorros españolas, que se reconocen a sí mismas como 'anomalía' mundial, saben que tienen muchas papeletas para salir de esta con la cara notablemente cambiada. Despolitización, bancarización y privatización son los vértigos que retumban en los oídos de las cajas y que han sonado esta semana al tiempo que se elevaba la tensión en la patronal del sector, la CECA.

El hasta ahora presidente, Juan Ramón Quintás, dimitía dejando el sillón vacío al no lograr sentar como su sucesor al presidente de Ibercaja, Amado Franco. Isidre Fainé, presidente de La Caixa, es para el Gobierno y para buena parte del sistema financiero el hombre que debe liderar la reestructuración del sector desde la presidencia de la CECA.

Fainé ha escuchado al Ejecutivo y está dispuesto a aceptar el reto, aseguran a Público fuentes del sector, pero antes de hacer oficial su candidatura se ha puesto como condición recuperar el apoyo unánime de las entidades, el que tuvieron al ser elegidos el propio Quintás, Manuel Pizarro o Braulio Medel cuando llegaron al frente de la CECA.

Uno de sus retos es impulsar las fusiones interregionales

Algunas de las grandes ya han demostrado su apoyo a Fainé, entre ellas, Caja Madrid. Su presidente actual, Rodrigo Rato, ha tenido un papel relevante en lo ocurrido en los últimos 15 días en la CECA. También Bancaja y Unicaja estarían a favor de la opción de Fainé. Pero la unanimidad, añaden las citadas fuentes, pasa por convencer sobre todo a las cajas medianas y pequeñas de que la llegada de Fainé a la patronal no simboliza rendirse a la desnaturalización del sector. Estas dudas son las que mantienen viva la candidatura de Amado Franco.

Los que apoyan a Fainé aseguran que el presidente de La Caixa no pretende desvirtuar el concepto de caja de ahorros ni por supuesto 'su función social' y añaden que 'fortalecerá la CECA' porque será un líder a su vez 'fuerte a la hora de hablar con el Banco de España y con el Ministerio de Economía'. Incluso los menos entusiastas con esta opción reconocen que Fainé puede recuperar la interlocución con el Gobierno perdida por Quintás, que empezó a rozar con el Ejecutivo desde el comienzo de la crisis.

Quintás advirtió públicamente de la gravedad de la situación del sistema financiero español mucho antes de que esta fuera reconocida desde el mundo de la política. La intervención de Caja Castilla La Mancha por el Banco de España alejó aún más al ya ex presidente de la CECA de las posturas de Gobierno y del propio supervisor, y se hicieron prácticamente irreconciliables en los últimos tiempos por el empeño de Quintás en exigir que las cajas pudiesen liderar las alianzas del sector en lugar de tener que utilizar una licencia bancaria o de otro tipo.

Algunas cajas de menor tamaño son reacias a la opción de Fainé

A pesar de esta distancia con el Ejecutivo, en el sector algunos se sorprenden aún ante las voces que aseguran que el ministro de Fomento, José Blanco, ha sido uno de los protagonistas de la llamada del Gobierno a Fainé para sugerirle que se postule como candidato en la CECA y recuerdan que Blanco y Quintás acostumbran a compartir mantel cada verano cuando coinciden en su patria chica, Galicia.

El problema es si la postura de Quintás era sostenible. ¿Es eludible el cambio en las cajas? En el entorno de Fainé aseguran que si presenta su candidatura es porque hay que hacer cambios profundos dada 'la encrucijada en la que se encuentra actualmente el sector', y que lo hará por 'sentido de la responsabilidad'.

Fainé se enfrentará entre otras cosas al reto de 'avanzar en un modelo que mantenga la idiosincrasia de las cajas pero les dé más posibilidades de generar capital cuando lo necesiten', añaden.

La crisis financiera drenó la solvencia del sistema y demostró, más que nunca, a las cajas la seria desventaja en que se encuentran con respecto a los bancos a la hora de obtener dinero fresco.

Mientras los bancos, en cuanto lo permitieron los mercados, se lanzaron a ampliar capital dando entrada a nuevos accionistas, las cajas no pudieron. La ley les permite emitir títulos para financiarse, las llamadas cuotas participativas, pero este instrumento no se ha utilizado prácticamente dado su escaso atractivo porque no dan poder de voto en la entidad.

Se da por hecho que esto va a cambiar. Diversas entidades señalaron ayer a este periódico que la modificación de las cuotas participativas está ya sobre la mesa del Gobierno, que se plantearía conferirles derechos de voto solo en el caso de entidades de un determinado tamaño. Fuentes sindicales añadieron que lo que se ha planteado hasta ahora es hacer una 'ley muy permisiva, con suficientes excepciones dependiendo del tamaño de la entidad' y se mostraron dispuestas a rechazar esta posibilidad dado que a su juicio implica de facto el inicio del proceso de privatización de las cajas.

Fuentes del Ministerio de Economía y Hacienda, sin embargo, negaron tajantemente que se esté estudiando ya esta posibilidad o cualquier otra, y remitieron a la postura oficial del Gobierno, que ha asegurado que no modificará la normativa de las cajas de ahorros hasta que no finalice el proceso de concentración del sector.

Ese proceso es otro de los grandes retos a los que se enfrentará Fainé si accede a la presidencia de la CECA. Son varias las fusiones en marcha, así como alianzas por la fórmula SIP (fusiones virtuales) y en el sector aseguran que muchos otros 'ya se lo están planteando'. El Gobierno y el Banco de España son partidarios de que se produzcan fusiones interregionales que den lugar a un reducido número de entidades fuertes, pero esto equivale a eliminar otro de los rasgos del ADN de las cajas: el carácter de pulmón financiero de cada una de sus regiones.

Que este proceso se realice de forma ágil es clave para que las cajas puedan utilizar el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), dinero público para ayudar a su reestructuración que tiene permiso de Bruselas sólo hasta mitad de año. Fuentes de las cajas dan por hecho que si llega a la presidencia de la CECA, Fainé tendrá que ponerse como una de las primeras tareas lograr que se amplíe el plazo.

Pero todas estas iniciativas pasan por lograr el apoyo del sector y que Fainé presente su candidatura al consejo de la CECA del próximo 20 de abril. Entre tanto, los estatutos dicen que, en ausencia de presidente, los vicepresidentes asumen sus funciones.

La primera vicepresidencia la ostenta La Caixa, es decir, que la presidencia interina recaería en el propio Fainé, aunque en su entorno se descarta que vaya a ejercer. La siguiente la ostenta Caja Madrid y la tercera recae en la malagueña Unicaja.

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