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Sarkozy apoya a Draghi (Italia) al frente del BCE

Alemania se muestra renuente a declarar su voto

B. C. B. / D. PINO

Un acuerdo con tintes de cambalache económico se fraguó ayer en la cumbre bilateral de Italia y Francia. Lo que iba a ser un encuentro por los problemas de inmigración transfronterizos terminó en un apoyo de primer orden del presidente galo, Nicolas Sarkozy, a que un italiano se siente al frente de la política monetaria del euro. Nada más y nada menos.

'Francia estará encantada de apoyar la candidatura de Mario Draghi a la presidencia del Banco Central Europeo. Además, su candidatura será una señal muy clara para todos esos italianos que dudan sobre la posición de Italia en la UE', espetó Sarkozy durante la rueda de prensa conjunta con Silvio Berlusconi. Ningún Gobierno del euro había mostrado hasta ahora su apoyo de forma tan explícita al actual gobernador del banco de Italia. La semana pasada, el ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, dejó entrever que su país apoyaría la candidatura de Draghi, aunque ayer el Ejecutivo germano se negó a entrar en el debate y apostó por esperar hasta la cumbre del próximo 24 de junio en la que, con toda probabilidad, se nombrará al sucesor de Jean-Claude Trichet. El estentóreo anuncio de Sarkozyestuvo precedido de unas dóciles declaraciones de Berlusconi en las que daba el visto bueno a la opa de Lactalis (un gigante del sector lácteo francés, dueño de Puleva, entre otras) sobre Parmalat (el líder italiano del sector), pese al reconocido proteccionismo económico italiano.

Con el espaldarazo de Sarkozy, Draghi se torna como el caballo ganador en la carrera por suceder a Trichet, cuyo mandato de ocho años finaliza en octubre. Lo cierto es que tras la repentina, y unilateral, decisión de Axel Weber, el candidato alemán, de abandonar el BCE, prácticamente no había otro nombre aparte del de Draghi en las quinielas. Tímidamente ha sonado la posiblidad del gobernador del Banco Central de Holanda, reconocido por su ortodoxia, pero el tamaño del país descarta esta idea.

Ahora se negocian los otros cinco asientos permanentes en el Consejo Ejecutivo. Francia ha pedido uno de ellos, que le cederá Italia. Quedan pendientes las sillas del español José Manuel González Páramo, del alemán Jurgen Stark y de la austriaca Gertrude Tumpel-Gugerell. El portugués Vítor Constâncio acaba de ser nombrado vicepresidente.

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