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Berlusconi es incapaz de pactar las reformas exigidas por Bruselas

'Il Cavaliere' no consigue convencer a Bossi de llevar a cabo la reforma de las pensiones. El líder de la Liga amenaza con las elecciones

DANIEL DEL PINO

La cuerda que sostiene al Gobierno italiano puede estar a un paso de romperse después de que el primer ministro, Silvio Berlusconi, se haya visto incapaz de cerrar la reforma de las pensiones y un paquete de medidas que fomenten el crecimiento económico con su socio Umberto Bossi, líder de la Liga Norte, tal y como le exigieron los líderes europeos el pasado domingo durante la reunión previa a la cumbre que se celebrará mañana en Bruselas.

Berlusconi se reunió esta mañana en Palazzo Grazioli, su residencia romana, con los ministro leguistas Roberto Maroni y Roberto Calderoli -Interior y Simplificación- para tratar de desatascar la situación. Al no obtener ningún avance, convocó a los pesos pesados de la mayoría a otro cara a cara -al que no asistió Bossi- que se alargó hasta las 13.30 horas, con el mismo resultado.

La Unión Europea dio un plazo máximo de tres días a Berlusconi para cerrar una serie de medidas que fomente el crecimiento y reduzcan la imponente deuda pública italiana, que sobrepasa los 1.900 billones de euros y equivale al 120% de su Producto Interior Bruto.

Una de esas medidas era la reforma de las pensiones, es decir, la ampliación de la edad de jubilación hasta los 67 años y la eliminación de la denominada pensión de ancianidad, que permite retirarse a las personas de 60 años con 35 de cotización.

La propuesta de Berlusconi es que para poder jubilarse a esa edad, los italianos tendrán que haber cotizado al menos 40 años, pero para Bossi, estos dos puntos son intocables: 'No podemos hacerlo, la gente nos mata. Se puede negociar, pero no llegar hasta los 67 años por cumplirle el deseo a los alemanes', dijo.

Bossi no se privó de criticar a Alemania, Francia y al Banco Central Europeo -que en septiembre mandó una carta a Berlusconi dictándole las reformas que debía acometer por carta-. 'Nuestro sistema de pensiones es mejor que el francés y el alemán. La carta del BCE es una manera de fusilar a Berlusconi. A mi me parece un ataque a Berlusconi', dijo.

En realidad, dada la inestabilidad del Gobierno y el desgaste de Bossi al frente de la Liga, su decisión está solo relacionada con el temor a que el partido sea castigado en las urnas. El presidente de la República, Giorgio Napolitano, con la moderación que le caracteriza, pidió al Gobierno esta mañana que hiciera un esfuerzo 'para sacar adelante todas las medidas necesarias para conseguir que el mercado vuelva a confiar en nuestros títulos de Estado'.

Después de esa segunda reunión mañanera, la Liga se concentró en torno a Bossi hasta las 15.10 horas en el Parlamento para estudiar la última propuesta del premier y se espera una nueva reunión en las próximas horas.

Fuentes del Gobierno citadas por los medios hablan de una ventana abierta siempre que el Pueblo de la Libertad (PdL) aceptara mantener las pensiones de ancianidad, pero por las palabras de Bossi esta mañana a la prensa, parece muy complicado que se consiga llegar a algún tipo de acuerdo: 'Esta vez la situación es muy peligrosa. La posibilidad de una crisis de Gobierno es real. Si cae el Gobierno iremos a las elecciones'.

Con este panorama, Berlusconi estaría valorando presentarse mañana en Bruselas sin los pactos exigidos, pero al menos con una carta que contenga una serie de compromisos calendarizados. De llegar a ese extremo, la imagen de Italia ante la UE y los mercados perdería la poca credibilidad que le queda.

Bossi siempre ha amenazado con las elecciones para forzar a Berlusconi y al PdL a plegarse a sus propuestas, ya que sin los votos de la Liga, perdería la mayoría en el Parlamento. La semana pasada, después de la moción de confianza al que tuvo que someterse el Ejecutivo, el leguista dijo que 'Berlusconi sabe que soy yo el que decide si se va a las urnas'. Y de hecho, en una situación similar en 1994, Bossi tumbó el primer Gobierno de Il Cavaliere precisamente por el asunto de las pensiones.

Durante esta legislatura ha habido muchos momentos de tensión entre ambos líderes, pero las bravatas de Bossi, siempre aceptadas por los miembros del PdL, han sido más un guiño a la base de la Liga, que una verdadera amenaza.

Pero la distancia entre ambas formaciones se constató ayer cuando Berlusconi tuvo que retrasar una hora y media el consejo de ministros que había convocado de urgencia mientras discutía con Bossi sin que al final se llegara a acuerdo alguno. 

Y lo que cambia esta vez es que el entorno del premier no esconde la gravedad de la situación. El ministro de Infraestructuras y Transportes, Altero Matteoli, aseguró hoy que 'existe la hipótesis de que el Gobierno caiga. No se puede discutir que hay un partido de la coalición que es favorable a recortar las pensiones y otro que es contrario', dijo.

Pase lo que pase Il Cavaliere tendrá que rendir cuentas de la situación de su Gobierno, que en lugar de hundirse por los escándalos sexuales del mandatario, está siendo engullido por la crisis económica.

Napolitano es contrario a ir a las urnas por el peligro de la economía La decisión de disolver las Cámaras le corresponde a Napolitano, que hoy es el único hombre con sentido del Estado que queda en las instituciones del país. Dada la delicada situación económica, el presidente de la República, antes que convocar elecciones, preferiría, o bien que Berlusconi amplíe la mayoría gubernamental permitiendo la entrada en el Gobierno de Pierferdinando Casini y la Unión de Centro; o bien de que el premier dimita pero dé paso a un Gobierno de transición guiado por el actual subsecretario, Gianni Letta, o por el presidente del Senado, Renato Schifani, con el objetivo de sacar adeante las reformas pertinentes.

El problema es que ni Bossi aceptaría un Gobierno técnico, ni Casini entraría en un Ejecutivo guiado por Berlusconi, por lo que al final, el adelanto de las urnas, sería la única salida posible.

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