El petróleo y el gas descubiertos por Repsol YPF en la formación Vaca Muerta (Argentina), el mayor hallazgo en la historia de la petrolera, no saldrá de Argentina: se destinará íntegramente a ese mercado, que actualmente importa 20 millones de barriles al año (su consumo es de 110 millones de barriles anuales).

La decisión, que culmina el proceso de reargentinización de YPF (Repsol, que se ha quedado un 57%, ha dado entrada a inversores locales), tiene toda la lógica económica en un mercado fuertemente intervenido, que no se rige por los precios internacionales del crudo y que penaliza la exportación del petróleo extraído allí. La ley permite al Gobierno prohibir, incluso, que el crudo salga del país si este no puede autoabastecerse.

Repsol, que descarta que Cristina Kirchner vuelva a cambiar la ley tras su aplastante victoria electoral, ya conocía la existencia de las reservas de hidrocarburos no convencionales en Argentina cuando compró YPF en 1999, aunque entonces su explotación no era rentable. La multinacional española da por hecho que obtendrá un retorno superior al 15%, que es el umbral mínimo de rentabilidad que exige a sus inversiones. El grupo calcula que, una vez los campos estén a pleno rendimiento, el coste operativo de extracción rondará los seis-siete dólares por barril (la media en 2010 para todo el grupo fue de tres dólares).

Repsol obtendrá caja de forma inmediata, a diferencia de lo que ocurre con su otra gran apuesta, Brasil. Allí opera en aguas profundas, lo que exige una media de siete años hasta que el pozo está operativo.