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Máxima presión de la eurozona sobre los partidos griegos

Merkel, Sarkozy y Bruselas alertan de que 'el tiempo se acaba' y amenazan con dejar caer a Grecia por falta de financiación. La UE baraja crear un depósito europeo para pagar los intereses de la deuda más urgentes

DANIEL BASTEIRO

En palabras de Angela Merkel, 'el tiempo se acaba'. Desde que comenzó 2012, el acuerdo definitivo sobre el segundo rescate de Grecia y la reducción de su deuda pública se ha avanzado en numerosas ocasiones como inminente, pero ayer la canciller alemana, junto a Nicolas Sarkozy, advirtió de que su paciencia tiene un límite. 'Los líderes griegos han adoptado compromisos y deben respetarlos escrupulosamente', añadió el presidente de Francia, para quien 'no hay elección' a las políticas de austeridad.

A pesar de estas advertencias, hechas conjuntamente en París tras una reunión de los gobiernos francés y alemán, el Ejecutivo de Lukas Papadimos anunció un nuevo estiramiento de los plazos hasta hoy, nueva fecha tope.

Sarkozy advierte de que no hay elección para las políticas de austeridad

El enésimo tropiezo del rescate de Grecia es un clásico en los últimos dos años de intriga del euro. La eurozona no quiere dejar caer a Grecia por los potenciales efectos catastróficos en la moneda única. Atenas, que aceptó ser rescatada por segunda vez en octubre, recela de los durísimos recortes del gasto, cuyas líneas maestras fueron pactadas entonces en un momento en el que sólo se adivinaba la recesión que ya se cierne sobre la eurozona. Todo, a tan sólo tres meses de unas elecciones generales que podrían celebrarse en abril y a las que ninguno de los grandes partidos quiere concurrir como padre de subidas de impuestos, despidos masivos de funcionarios y privatizaciones de activos estratégicos del país.

'Los fondos no se abonarán si las decisiones no se toman', advirtió Sarkozy en referencia al segundo rescate, dotado con 130.000 millones de euros, pero que ya se habría quedado corto (en 15.000 millones) por el empeoramiento de la economía.

Bajo estas amenazas, Papadimos busca respaldo para unas medidas que permitan una reducción de, al menos, un 50% del volumen de deuda, sin que perturben la paz social en un país roto por la austeridad. Las nuevas medidas incluyen un nuevo recorte del gasto público extra de un 1,5% del PIB, despidos de funcionarios, rebajar el salario mínimo y eliminar las pagas extra. Un equipo de técnicos de la Comisión Europea, el Banco Central y el Fondo Monetario Internacional negocian a contrarreloj en Atenas con el Gobierno, que a su vez trata de convencer a los dos principales partidos para que acepten las condiciones.

Grecia debe aprobar un ahorro del gasto público extra del 1,5% del PIB

En una entrevista conjunta y emitida anoche por la televisión francesa, Sarkozy alertó de que la caída de Grecia tendría 'consecuencias estratosféricas' para toda la eurozona y pidió a los responsables políticos griegos que 'respeten la palabra dada' en octubre.

Papadimos, que a través de su entorno amenazó de nuevo con dimitir, ve con preocupación cómo se acerca el mes de marzo, en el que tiene que hacer frente a la devolución de 14.400 millones a sus acreedores privados, sin que un acuerdo sobre la reestructuración de la deuda o la transferencia de fondos europeos se haya efectuado.

Aunque el tono de Merkel y Sarkozy fue de ultimátum, ambos líderes se guardaron una bala en la recámara: la que utilizaron en noviembre para hacer caer al anterior primer ministro, Yorgos Papandreu, tras anunciar un referéndum sobre los recortes. Merkel aseguró ayer que el futuro de Grecia está en el euro y evitó señalar la puerta de salida, una amenaza potencialmente desestabilizadora para unos mercados financieros que no han acusado ni la rebaja de la nota de la calificación los principales países de la eurozona, como Francia.

Por otra parte, diversas fuentes apuntaron ayer a la creación de un depósito europeo para pagar los intereses de la deuda griega que corren más urgencia, una medida destinada a ganar tiempo y dejar más espacio a las negociaciones en Atenas.

El portavoz comunitario de Economía, Amadeu Altafaj, aseguró que Grecia está 'fuera de plazo' y confió en que los ministros de Economía del euro se reunan esta semana para ratificar el acuerdo, si es que llega a producirse. El encuentro debería haberse producido ayer, ya que los líderes de la eurozona confiaban en un acuerdo in extremis durante el pasado fin de semana.

Altafaj se refirió también a España, a quien le recomendó 'aplicar las medidas a las que se ha comprometido con sus socios europeos y en la escena internacional' como la 'mejor' manera de protegerse del contagio. Los mercados han dado al Gobierno un periodo de gracia 'que ha permitido que la prima de riesgo bajara levemente'. Sin embargo, el Gobierno debe 'seguir vigilante, no bajar la guardia', pidió. Entre las reformas clave que reclama Bruselas está la del mercado laboral, el pronto desarrollo de la del sector financiero y la aprobación de los presupuestos, que según el Ejecutivo comunitario no pueden esperar a finales de marzo.

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