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Báñez fía las bondades de su reforma laboral al crecimiento de la economía

La oposición considera que el único efecto es el aumento de la precariedad del empleo y la bajada de salarios, sin poner freno al aumento del paro

JUAN ANTONIO BLAY

La ministra de Empleo y Seguridad Social, Fátima Báñez, se ha presentado esta mañana ante la comisión de Empleo del Congreso de los Diputados con un informe de 161 páginas en el que analiza los efectos de la reforma laboral del Gobierno conservador cuando se cumple un año y medio de su entrada en vigor. Desde la primera línea hasta la última, según el relato formulado por la ministra ante los parlamentarios, los resultados son todos positivos. Lo ha dicho sin levantar la voz, pero con el tono de quien habla con la convicción de que está en posesión de la verdad.

Ahora bien, para sorpresa de una buena parte de la oposición, Báñez ha depositado todas las bondades de las modificaciones legales que introduce la reforma para el mercado laboral 'a la mejora de la situación de la economía española en el futuro'. Es decir, ha añadido, que se creará 'empleo neto cuando la economía comience a crecer y abandone la situación de recesión actual', lo cual ha estimado que es inminente.

Y eso será posible, precisamente, por las nuevas normas que establece la propia reforma laboral. Y lo ha concretado en que habrá creación de puestos de trabajo 'con un crecimiento entre el 1% y el 1,2% del PIB en lugar de a partir del 2,5% como antes de la reforma'. Los razonamientos son cuestión de fe porque no ha dado más explicación que el propio articulado de la reforma laboral. Nada más. Y su creencia en esa aseveración; es decir, palabra de ministra.

En síntesis, Báñez ha asegurado que la mayor contribución de la reforma laboral, antes que la creación de empleo que está por venir, es la consolidación de 'una nueva cultura de empleo en España, una necesidad para hacer competitiva a la economía española'. A partir de ahí, la ministra ha ido desarrollando todo tipo de parabienes para la legislación que impulsó nada más estrenarse el Gobierno presidido por Rajoy. 'España es un país más atractivo para la inversión. El país empieza a verse como una oportunidad cuando hace un año los capitales se marchaban', ha dicho sin vacilación. El aserto puede ser un resumen del estilo de su intervención.

En su análisis, los mayores beneficiarios de la reforma laboral son los trabajadores. Sin duda alguna, a juzgar por las cifras que ha facilitado. Todas las cifras aportadas por la ministra han sido positivas. Nada de autocrítica o de análisis cauto. Ha aportado un buen número de cifras y porcentajes, todos ellos compitiendo en cual era el mejor. Sirva uno como ejemplo: 'La reforma laboral ha evitado la destrucción de 225.000 puestos de trabajo', ha sentenciado. Y ha anunciado una novedad: la reducción de 41 a 5 el número de modelos para la contratación laboral: indefinido, temporal, de relevo, en prácticas y de formación o aprendizaje.

Claro está que la oposición no ha tenido la misma visión; incluso el portavoz de CiU (formación que votó a favor de la reforma laboral), Carles Campuzano, ha afirmado que 'es pronto para comprobar los efectos beneficiosos de la reforma laboral'. Ha sido el comentario más suave.

Porque para el portavoz de La Izquierda Plural, Joan Coscubiela, 'lo que ha hecho hoy la ministra es presentar un cúmulo de datos tergiversados y manipulados'. Este diputado, profesor universitario de Derecho del Trabajo en ESADE ha calificado el tiempo transcurrido desde la entrada en vigor de la reforma como 'un desastre para los derechos de los trabajadores. Además, todo lo confía al crecimiento económico, ¡faltaría más!'. En opinión de este parlamentario de la coalición de izquierdas 'su reforma lo único que ha hecho es bajar los salarios, como lo demuestra la aportación a la renta nacional del 51% al 45% en apenas un año'.

La portavoz socialista, Concha Gutiérrez - inspectora de Trabajo - le ha recordado a la ministra que la creación de 1.300 nuevos empleos en la factoría Ford en Almussafes (Valencia), un dato con el que arrancó su intervención la ministra, 'se ha debido gracias a la capacidad de negociación del sindicato UGT desde hace años'. Esta afirmación suscitó las risas y burlas por parte de la bancada popular, circunstancia que hizo que el propio presidente de la comisión, de su mismo grupo, interviniese para pedir calma. La diputada socialista criticó los datos de la ministra 'por no responder a la realidad. Por ejemplo, el pasado año ha sido el peor para la negociación colectiva, más que en 2009 que fue el año más dañino para el empleo desde el inicio de la crisis'.

El portavoz de UPyD, Álvaro Anchuelo, también economista y profesor, fue también muy crítico, especialmente con las formas de presentar los datos del informe. 'No hay por donde cogerlos', ha dicho. Pero también fue crítica Uxue Barkos, en nombre del grupo mixto, al afirmar que 'la nueva cultura para el empleo de la que presume se limita a la reducción del 5% de los salarios'. Nadie le mostró apoyo a la ministra; apenas la portavoz popular, la diputada Álvarez-Arenas, como era previsible, habló de la necesidad de la reforma 'para ganar en competitividad'. Aun así, concluyó su intervención con una frase recurrente: 'Se hace camino al andar', ha dicho. Es decir, no está hecho todo el camino por lo que no hay más elementos para sacar pecho con casi seis millones de parados.

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