Los 17.000 folios que integran el levantamiento parcial del sumario del caso Gürtel van a dar para mucho. Y van a obligar a retratarse a gran parte de los dirigentes del PP. Ayer lo hicieron ya las principales voces. La presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, fue de las más madrugadoras a la hora de pronunciarse. Y lo hizo con dureza, casi obviando que el caso Gürtel va a seguir dando quebraderos de cabeza a la Comunidad de Madrid. Sus palabras iban dirigidas al PP de Valencia, al que solicitó 'responsabilidad y transparencia'. Y es que la presidenta lleva muy a gala haber cortado las primeras cabezas cuando el escándalo estalló en su feudo.

Cristóbal Montoro tampoco es partidario de quedarse cruzado de brazos. El portavoz de Economía del PP se mostró 'seguro' de que en Valencia se tomarán cartas en el asunto. ¿Cuándo? 'A medida que se vayan clarificando los acontecimientos y delimitando las responsabilidades'. La contradicción de por qué en Madrid Aguirre destituyó a sus cargos implicados, al contrario de lo que está ocurriendo en la Comunidad Valenciana, ronda por la cabeza de un importante número de cargos conservadores.

Al líder del PP, el levantamiento del sumario le pilló en Burgos. Concretamente, mientras celebraba una comida mitin en Santa Gadea del Cid. Con la que estaba cayendo, el presidente del PP pidió a sus cuadros que se preocupasen por la gente, que escucharan su problemas, hicieran oposición y gobernasen allá donde les corresponde. Todo, con una recomendación: 'Olvidarse de todo lo demás'. Es decir, del caso Gürtel.

La presidenta de Madrid reclama 'transparencia y responsabilidad'

Incluso fue más allá. Un Rajoy encendido afirmó que su partido iba a seguir 'dando la batalla con fuerza, ganas, ilusión, espíritu deportivo y un cierto sentido de la indiferencia ante algunas cosas que nunca viene mal'. De los casos de corrupción que salpican a su partido, ni una palabra.

No obstante, reconoció que el PP es una formación que tiene 'sus dificultades' y dijo que él iba a hablar bien de su partido porque era el suyo, creía en él y 'porque la ensalada de voluntarios para hacer lo contrario es de tal calibre que habrá que contrarrestarla'.

Una vez más, la encargada de vender la versión oficial del partido fue su número dos, María Dolores de Cospedal. Tras un encuentro con la directiva del Colegio de Médicos en Toledo, insistió en que la dirección nacional del PP está actuando como tiene que actuar y ha dejado 'muy clara cuál es su posición'. Unas declaraciones que intentan hacer mella en un partido cada vez más preocupado por la reacción de su líder ante los escándalos de corrupción.

El líder del PP aboga por tomarse algunas cosas con 'sentido de la indiferencia'

De hecho, cada vez son más las voces en el partido que exigen a su jefe de filas un gesto contundente ante el aluvión de revelaciones que va a suponer el levantamiento del sumario. Máxime, cuando el partido, según reveló ayer su vicesecretario de Comunicación, Esteban González Pons, teme que el Gobierno siga filtrando 'por fascículos' los dos tercios del sumario que siguen bajo secreto.

Por su parte, la portavoz en el Congreso, Soraya Saénz de Santamaría, animó a Camps a actuar 'con la cabeza fría' tomando decisiones sin 'nerviosismo'.

También sirvió el día de ayer para que algunos de los cargos del PP que han sido relacionados con el caso Gürtel se desmarcaran de las acusaciones de los últimos días. Es lo que hicieron el presidente de la Xunta y del PP gallego, Alberto Núñez Feijóo; el secretario general de los conservadores valencianos, Ricardo Costa; el presidente del PP andaluz, Javier Arenas, y el presidente de las Cortes de Castilla y León, José Manuel Fernández Santiago. Tampoco faltó la muestra de apoyo al presidente de la Generalitat. González Pons subrayó que 'todos' confían en Camps y que el PP 'está completamente a salvo de la corrupción', algo que no todos en el PP ven de forma tan clara.