La austeridad se subió ayer al atril de campaña. La tijera de los recortes podará también el gasto electoral de los partidos políticos. El PSOE y el PP cerraron ayer un acuerdo que aún debe validar el Congreso para abaratar un 15% la cantidad máxima que cada formación puede gastar para sufragar sus gastos de campaña y la subvención pública que recibe después en función de los resultados obtenidos.

Además, las dos formaciones mayoritarias pactaron rebajar un 10% las ayudas que el Estado facilita para costear el envío de propaganda a los domicilios, el denominado mailing electoral.

El vicesecretario general del PSOE, José Blanco y la responsable de Organización del PP, Ana Mato, fueron los muñidores de este pacto, cerrado de forma paralela a las tareas que desarrolla en el Congreso la subcomisión para la reforma electoral. Los ponentes de los dos principales partidos en este grupo de trabajo parlamentario se reunieron con Blanco y Mato para concretar los detalles del acuerdo, encabezados por el socialista José María Benegas y el diputado conservador José Antonio Bermúdez de Castro.

La propuesta se estrenará en las elecciones municipales y autonómicas de mayo de 2011, una vez que sea aprobada por el Congreso, que lleva año y medio trabajando en la reforma de la Ley Electoral (LOREG). La subcomisión parlamentaria que analiza esta modificación de la normativa electoral se reunirá, previsiblemente, la próxima semana para validar esta propuesta.

'Queremos llegar a un acuerdo para que esta reforma sea de todos', solemnizó Mato tras confirmar el pacto alcanzado con el PSOE. El responsable socialista de Política Municipal, Antonio Hernando, responsable también de la letra pequeña del acuerdo, subrayó que se trata de 'una iniciativa coherente con el esfuerzo' de austeridad que se ha reclamado a todas las administraciones públicas y a los ciudadanos para luchar contra de la crisis económica.

El acuerdo anunciado ayer por los dos partidos mayoritarios rebaja la pretensión inicial del PP de reducir en un 30% las subvenciones a los partidos y en un 25% el mailing electoral. Este recorte habría puesto en serios aprietos a las formaciones políticas de menor tamaño, reticentes a un recorte más amplio, según admiten todos los grupos.

El compromiso cerrado por socialistas y conservadores recoge, además, la intención de acotar también la publicidad exterior que despliegan los partidos antes de cada cita electoral, de manera que se limite a las dos semanas de campaña las inserciones de anuncios en medios de comunicación y la exhibición de vallas y cartelería electoral en las calles.