La nueva presidenta del PP catalán, Alicia Sánchez Camacho, será una de las firmantes del manifiesto españolista en defensa del castellano que han promovido intelectuales próximos a UPyD y ha apoyado Mariano Rajoy. La senadora explicó, en declaraciones a Público, que prevé firmar el manifiesto “en los próximos días”.

Admitió, pero, que aún no se lo había leído entero pese a que conocía su contenido. Su oponente Montserrat Nebrera declaró esta semana que  el manifiesto era innecesario. La nueva presidenta del PP catalán matizó que, pese a que lo firmará, ahora esta no es su “prioridad”. Lo primero en su agenda es trabajar por fortalecer un partido dividido, desanimado y inexistente en muchas partes del territorio catalán.

De hecho Camacho hizo, ante el congreso del partido, un discurso más suave que lo que proclama el manifiesto en cuanto a la lengua. Aseguró que era necesaria “la igualdad” entre el catalán y el castellano e instó al Govern a cumplir la sentencia del TSJC que le obliga a impartir la tercera hora de castellano en primaria.

Quien no dijo ni pío sobre el catalán fue Rajoy, que evitó referirse a un asunto que crispa los ánimos de los nacionalistas catalanes de CiU, sus potenciales aliados.

Sánchez Camacho prometió en su intervención un lenguaje “propio y diferente” pese a que mal empieza a ojos de buena parte de la militancia al ser percibida como una presidenta fabricada en Madrid.

Se confesó “muy cansada” de dar explicaciones por ser del PP catalán y sentirse, a la vez, “catalana y española”. Rechazó la imagen “deformada” de su partido que, según ella, se transmite. Una imagen que explica el elevado nivel de rechazo (en torno al 80%) del PP entre el electorado catalán.

En esta línea, la nueva presidenta rechazó los “cordones sanitarios” que han quitado, en alguna ocasión, al PP la condición de partido bisagra en algunas administraciones catalanas.